¿Tímida o lanzada?

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Pedimos lo que queríamos y yo no dejaba de mirarla, notaba que mientras les pedía nota a mis padres ella me miraba de reojo, pero ¿por qué? Por fin se marcha, estaba empezando a sentirme incómoda porque faltaba poco para que se notase que me gustaba y no quería ni que mis padres ni ella se enterasen.

-Y bueno, ¿te está gustando el sitio?-Pregunta mi madre.
-Es todo precioso, ojalá pudiese estar aquí Evan, una pena que trabaje-Dije, Evan es el nombre que uso para hablar de mi novia a mis padres, jamás la han visto y se piensan que es un chico, en verdad se llama Eva.
-A ver cuándo nos lo presentas, quiero ver si es merecedor de nuestra hijita-Dijo mi padre bromeando.

-Bueno, aquí está lo que me pidieron -Qué voz más dulce tiene esta chica, de verdad. En lo que nos entregaba la comida se la veía nerviosa.
-Muchas Gracias -Dicen mis padres.
-Sí, gracias -La contesto guiñándole un ojo. Ella me mira y se va nerviosa y a la vez con una sonrisa en la boca.

-Qué chica más rara -Dice mi madre aprovechando que se ha ido -Menudo camionero está hecha.
Evito contestar, ya he tenido muchas broncas con mi madre por este tipo de comentarios.

Comenzamos a comer y a mí la verdad es que no me apetece mucho.
-Hija, come, anda, que te vas a quedar en los huesos. -Me dice mi padre.
-No tengo mucha hambre -Contesto, pero en ese momento me centro en la camarera que está susurrándole cosas al oído a una de las clientas, ¿en serio en este pueblo los empleados pueden hacer eso con los clientes? Vaya locos.
-Disculpad un momento, tengo que ir al baño -Les digo a mis padres ya que me estaba meando.
Estoy en el baño haciendo mis necesidades cuando noto que entra alguien, dos personas en verdad, están hablando:
-¿De verdad que tenemos que hacerlo aquí?
-Sí, ¿no te da morbo?
-La verdad es que un poco, pero prefiero mi casa.
-Buah, haz lo que quieras, ya me contarás cuando yo no quiera hacerlo y me supliques.
-Venga nena, no te enfades, es que estoy en el curro y no es plan de que me despidan, tú estudias y yo trabajo, sino no podemos pagar el alquiler de la casa y ya sabes que en este diminuto pueblo no hay muchos trabajos a elegir.
-Bueno, vale, te espero en casa. Pero hoy olvídate del sexo.
Oigo que se van y en ese momento salgo. Pero...
-Oh, hola... -Al parecer sólo se había ido una de ellas.
-¿Has oído la conversación? -Me dice la chica del perro, que al parecer eran ella y su novia las que hablaban. -Por favor, no digas nada a nadie y menos a mi jefe, no quiero que me despidan.
-Tranquila, no voy a decir nada, tampoco es que sea una chismosa y no te conozco de nada.
-Muchas gracias, de verdad.
-De nada.
Estaba apunto de irme cuando la escucho:
-Oye, ¿cuál es tu nombre? -¿Qué? ¿Por qué? Pero para qué querrá saberlo.
-Alice, ¿Y tú?
-Me llamo Dan. Oye, por algún casual ¿no estabas tú esta mañana en la playa? -Pregunta curiosa mientras se va acercando cada vez más.
-Emmmm... sí, ¿te acuerdas de mí?
-Como para no acordarme -No queda casi espacio entre ella y yo, y encima me está acorralando contra los lavabos -Me mirabas demasiado y estaba empezando a sentirme incómoda.
-Bueno, es que es normal, llamas mucho la atención, tan diferente al resto. -No quedaba nada, no sabía que hacer, siento que necesito besarla, pero tengo novia y ella también.

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