Cristal

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Capitulo 1



Capitulo 1 Cristal

Me encuentro en el club más horrible de todos, las paredes son de color negro, huele a humedad, humo de cigarro y alcohol. Las personas que están el lugar apestan y no me agradan. La mayoría son drogadictos o alcohólicos. Los guardias del señor son aterradores, sus apariencias de matones asustan a la poca gente que viene. Hace poco me han trasladado a este lugar, ya que en varias ocasiones lo han hecho y este es uno de los más horribles que he visto. Al parecer soy buena mercancía, por ser joven y tener un buen cuerpo. Tuve que adaptarme a vivir de esta manera. En la vida hay muchos obstáculos pero jamás imagine enfrentarme a todo esto.

No sé exactamente el lugar donde me encuentro. Probablemente es una ciudad insegura y corrupta. El gobierno ha estado al tanto de esto, bueno por lo que me dijeron es por la cantidad de dinero que envían el señor y sus colaboradores. En cada lugar hay inversionistas y ellos vienen a estos lugares para satisfacer sus placeres. Estoy segura que tiene familia y no tienen remordimientos, ni sentimientos. La mayoría de ellos están relacionados al trafico drogas, trata de blancas, tráfico de armas, entre otras cosas. En esta vida todos los días nos enfrentamos a el peligro.

Estoy segura que si no tuviera este cuerpo ya me hubieran matado, como a las otras mujeres que nos les daban beneficios. Y todas las ganancias que obtiene de mí, se van para los idiotas que me han dañado por cuatro años. Muchísimos hombres me han tocado, sentir sus sucias manos me causa nauseas. Tengo daños psicológicos y cada dia siento que soy la persona más asquerosa.

Esto es lo peor que puede pasar, yo no lo hago por necesidad, prefiero andar en la calle y buscar un trabajo y vivir con mi hermano pequeño. No elegí esta vida. Me siento completamente sola y sucia.

Todo comenzó hace cuatro años cuando mi padre fue asesinado y mi madre se suicidó después de aquella terrible escena que destruyo mi alma y las ganas de vivir. Sobre todo por mi mama que opto por una decisión estúpida. ¿Tanto nos amaba que hizo eso?. No soporto el dolor de perder a mi padre. ¿Y nosotros que?. Todo esto no hubiera pasado si el no entrado al negocio sucio, él le debía a unos hombres y no les pago, de inmediato fueron a la que era mi casa y delante de mi mamá lo asesinaron. Yo no estuve presente durante su muerte. Mi madre le dijo esos hechos a la policía. Toda la vida de mi hermanito y la mía cambio rotundamente. Al poco tiempo del asesinato mi madre se cortó las venas.

Hace cuatro años...

La encontré en el baño de la casa, tirada en el suelo con mucha sangre en sus muñecas. Me congele, mi cuerpo no reaccionaba. Estalle en lágrimas. Un fuerte grito salió de mi - ¡Mamá! – me acerco a su cuerpo, caigo de rodillas y la abrazo con todas mis fuerzas. Ella es mi vida. Nunca imagine que tomaría esa decisión. Tenía que levantarme para llevarla al hospital pero mis piernas no respondían. Todo mi cuerpo temblaba. Me levante con todas mis fuerzas. Ella no debe morir. Camino hacia el teléfono. Marco el número de emergencia. Al segundo tono. Me contestan

─ ¿En qué puedo ayudarle? –

─ Mi mamá... – no podía hablar. Sentía un gran nudo en mi garganta. La amaba tanto. Tenía que salvarla – Se cortó las venas – cada palabra se sentían espinas en mi boca

─ ¿Cuál es la dirección? Enviaremos una ambulancia. Estará ahí en unos minutos. – cuelga y el pitido del teléfono continua. Tengo que regresar con ella.

Mi cuerpo pesa mucho. El terror de perderla me está matando. Mi que pequeño esta con su amigo. Ruego que no atraviese esa puerta, no quiero que sufra ver a nuestra madre. Camino lentamente hacia ella y esta donde la deje. La pongo sobre mi regazo. Su hermoso rostro esta pálido. Los segundos parecían horas. La ambulancia no aparecía. - Tengo que buscar ayuda – la única persona que podría ayudarme es mi vecino. Me daba miedo dejarla sola. No quiero que se vaya.

Mientras camino hacia la puerta, tropiezo en varias ocasiones mi piernas no soportan mi peso. Me dirijo hacia su casa. Toco el timbre. Mis manos siguen temblando. Cada segundo vale oro, ella se tiene que salvar. Hay mucho por vivir. Al cuarto timbre, se encuentra en la entrada de su casa.

─ ¿Qué pasa? – signos de preocupación se reflejan en su rostro. – ¿está todo bien?. Tu mamá está bien – algo busca en mis ojos. – dime que está sucediendo – coloca una de sus manos sobre mi hombro. tomo fuerzas para articular alguna palabra.

─ Ella..

─ Dime – las lágrimas me ciegan – Me estas asustando – él fue un gran amigo de mi madre.

─ Se cortó sus muñecas.

─ ¡¿Qué?!. –camina de un lado a otro – ¿Dónde está?

─ En él. –me duele – en el baño – de inmediato me agarra del brazo y nos dirigimos a la casa. Otra vez mi corazón se rompe en mil pedazos.

Entramos y caminamos hasta el baño. Ella es hermosa pero con esa sangre arruino todo. Antonio se mueve muy rápido, la levanta en sus brazos y la lleva hasta la salida. Mis sollozos aumentan. Caigo de culo, con un dolor insoportable en mi pecho. Tengo que ser fuerte. Trato de levantarme para estar con ella.

Lo veo subirla con cuidado a su camioneta. El me habla y camino lo más rápido posible. Me subo en la parte de atrás. Pone en marcha su camioneta y cada minuto se me hace eterno. Los dos no dijimos ninguna palabra.

Estaciona muy rápido su camioneta. La lleva en sus brazos muy deprisa hacia la hospital. Lo sigo, cuando entramos el olor invade mi nariz. Nunca me había gustado entrar a un hospital. El grita que necesita ayuda. Unas enfermeras traen una camilla y Antonio la pone en esta. Me quedo al lado de mi madre. Mis ojos arden y siento que están hinchados. Tomo su mano, hasta donde me permiten estar con ella. Ruego a dios que todo salga bien.

Antonio rodea sus brazos sobre mi cuerpo, para sostenerme. Mis piernas no cedían a sostenerme. Estaba ciega por las lágrimas. Me suelta y me toma la mano para llevarme a la sala de espera. Pasan los minutos...

Un doctor sale del pasillo donde llevaron a mi mamá. De inmediato me pongo de pie. Camino deprisa hacia él.

─ Doctor. ¿Cómo está mi mamá? – tenía que decir esas palabras. La angustia y el miedo me esta matando.

─ ¿Usted es? – me observa detenidamente.

─ Su hija.

─ Hicimos todo lo posible – caigo en un enorme abismo, el dolor es horrible. El daño me está matando. No puedo detener las lágrimas que caen en mi rostro. – Perdió mucha sangre. Lo siento – Sentí algo sosteniéndome fuertemente. De pronto todo se oscurece y no puedo escuchar nada. En ese momento otra parte de mi vida murió.

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