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Tenía el trasero entumecido, ya eran alrededor de las siete de la noche.

— ¿Podemos parar? — le pregunté a Nash.

No respondió, aparcó el carro y me miró a los ojos, yo también lo miré sabia que iba a decir algo pero ya yo no aguantaba el dolor, así que me desmonté del carro lo más rápido que pude.
¡Dios! Qué bien se sentía poder estirar las piernas... Un minuto más ahí sentada y dudo mucho que pudiera respirar.
Me giré para ver en donde había parado Nash, me sobre salté cuando lo vi algo apartado, en su rostro se le notaba la preocupación, tenía cierto pelea consigo mismo.

— Nash... — dije acercándome — ¿estás...? — me interrumpió.

— ¿Hice lo correcto? — me soltó de golpe, la verdad no me lo esperaba.

— Nash, lo único erróneo que hiciste fue comprar un carro con los asientos tan duros — dije con una sonrisa en la boca, él no pudo contener la risa... Esa risa tan hermosa que me daban ganas de tirarme le arriba... "Control Kate... No pierdas el control..."

— Es que siento como si hubiera hecho algo que después vaya a lamentar... Yo solo quiero tu felicidad... Y creo que eso es algo egoísta de mi parte porque si tú estás feliz, yo lo estoy... No quiero que te pase absolutamente nada — callo un minuto, luego me mira y me sujetó la cara con ambas manos, el roce era tan tierno y perfecto — Si dejo que te pase algo, jamás... Jamás me lo perdonaría, moverías montañas, océanos, lo que sea para que estuvieras feliz — no lo pude evitar, pero una lágrima se derramó por mi mejilla, Nash la seco de inmediato.

— Bueno, déjame decirte algo, no hace falta de muevas montañas, océanos, o cualquier otra cosa... Ya estoy más que contenta con estar junto a ti — en ese momento nuestras cabezas juntaron sus frentes, nos quedamos mirándonos... Con el corazón más unidos con el del otro, con una conexión, mientras nos decíamos todos sin abrir la boca, el sol se perdía en el horizonte... Dejando a la vista miles de estrellas, la luna, y una vida tan comprometedora que parecía una mentira... Pero sabíamos que para llegar a nuestra felicidad, teníamos que pasar por muchos obstáculos...

Nos montamos en el auto, duramos aproximadamente una hora allí parados, mirándonos, después de eso me sentía más segura de lo que estábamos haciendo, me puse en cinturón de seguridad mientras Nash se montaba y hacia lo mismo, puso el auto en marcha... No había vuelta atrás, íbamos a una velocidad lenta, como si Nash aún no estuviera seguro, así que, para que viera que él tenía mi total apoya en esto, me incliné para poder encender la radio, estaba sonando One Dance de Drake, automáticamente empecé a cantar:

Baby, I like your style
Grips on your waist
Front way, back way
You know that I don't play
Streets not safe
But I never run away
Even when I'm away
¡OTI, OTI, THERE'S NEVER MUCH LOVE WHEN WE GO OT!

Nash se explotó de la risa, al igual que yo, pero, como si estuviéramos sincronizados, al mismo tiempo cantamos/gritamos:

¡I pray to make it back in one piece
I pray, I pray!

Seguimos escuchando la canción, en la parte del coro, coloque mi mano en el muslo de Nash, el puso una mano sobre la mía, y entrelazamos los dedos, él sonreía tanto como yo, nos quedamos así hasta que rompí aquel aura.

— Por cierto, ¿a dónde vamos? — le pregunté a Nash.

— Ya veras, falta un poco para llegar, no te preocupes — respondió. Me conformé con esa respuesta — puedes dormirte si quieres — sugirió.

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