A la mañana siguiente me despierto temprano y puedo ver a ese cuerpecito pegado a mi abrazandome. Joder, esta situación me está matando. Me quedo durante un rato observando sus facciones. Tiene algunas pecas que casi ni se notan por los mofletes y que por supuesto,me encantan. Cuando me percato de la situación me doy cuenta de que en cualquier momento puede abrir la puerta mi padre o incluso Rose, así que me dispongo a despertarla cuando es ella quien abre esos ojitos que tiene.
- Buenos días. Me dice tirandome un cojín.
- Oye,ayer dijiste que me harías tres preguntas pero tan sólo me hiciste una.
- Lo sé , pero cuando se me ocurra algo más seguiré con las preguntas. Me dice ella con un tono burletero.
- Voy a darme una ducha para ir al gimnasio, ten cuidado al salir para que no te vea nadie.
Y viendo por última vez su sonrisa y su cuerpo levantarse me meto en el baño y cierro la puerta sonriendo como un puto enamorado.Aisha
Me encantó la noche y me encanta él. A pesar de esa imagen que transmite de chico duro es todo lo contrario. No lo ha pasado bien y para ocultar sus temores lo paga con los demás. Bebe, se droga y tiene relaciones con todas las chicas que tiene delante, pero, realmente no es lo que necesita.Nada de eso le hace olvidar la ausencia de su madre.Usa a las mujeres como si no fueran nada para satisfacer sus necesidades y tratarlas de la misma manera a la que trataría a su madre si la tuviera delante, con asco, repudio y rabia, pero no se da cuenta de que no necesita nada de eso. No se da cuenta de que los demás no tienen la culpa de sus problemas y que realmente lo que tiene que hacer es contar sus problemas y liberarse. Olvidarse de todo un poco. Quizás como hice yo ayer por la noche o todos los días que estoy con él.
Dejo de pensar y me doy una ducha de agua caliente. Me pongo un pantalón ajustado de deporte negro y un sujetador Adidas de entrenar. Estreno mis nuevas zapatillas de correr y recojo mi cabello en una cola alta con algunos pelos del fleco suelto. Hoy toca correr un poco.
Bajo al comedor a desayunar y a pesar de verlo a él y a sus amigos me hago la loca , aunque otro día más no podemos evitar las miradas a escondidas. Cojo una manzana y salgo por la puerta ignorando los comentarios atrevidos de sus amigos para correr, no sin antes escuchar a mi madre.
- Aisha, a las 14:00 te quiero en casa para almorzar.
Asiento aunque no me vea, me pongo los cascos con la música y disfruto sola del paisaje de mi ciudad. Mientras corro no siento el frío que azota en este mes de diciembre pero según llego a la playa y hago un descanso me doy cuenta. Me quedo sentada en la arena inmersa en mis pensamientos hasta que decido volver a casa, pero cuando llego, todo es realmente un caos. Asher y su padre están discutiendo.
-Asher, serenate, tan solo me llamo y dijo que quiere verte. Dice Clark tratando de calmar a su hijo.
- Ya, y yo te estoy diciendo que no quiero saber nada de esa mujer. Y si de verdad me hicieras un poco de caso y me entendieras hubieras dicho que no papá. Dice Asher rompiéndose a cachitos.
- Hijo, lo mejor para ti es que pongas las cartas sobre la mesa y hables del tema con tu madre. Al fin y al cabo es la mujer que te tuvo 9 meses en la barriga.
- Y también la zorra que estuvo los primeros 8 años de mi vida ignorando me y tratandome como si no existiera hasta que se fue. Dice Asher relajadamente para después girarse y golpear la pared.
Joder, verlo así me está partiendo el corazón, no soy capaz de contener la ira. ¿Cómo se atreve esa mujer a venir después de diez años sin su hijo y pretender sentarse con él de la noche a la mañana como si nada hubiera pasado? ¿ A caso no se da cuenta de la situación?
Cuando menos lo espero, veo a Asher coger las llaves de su coche y salir por la puerta. Sin darme cuenta me encuentro detrás de él corriendo y subiendome en el asiento de copiloto. No se a dónde piensa ir ni que piensa hacer, pero lo que sí sé es que no me pienso quedar en casa esperándo. Iré con él.
Conduce a toda velocidad por las calles de la ciudad sin mirar hacia mi. Lo miro de reojo y cojo su mano agarrandole fuertemente.Me mira y al notar el miedo en mis ojos disminuye la velocidad. Verlo en este estado me cuesta pero quiero seguir a su lado y transmitirle mi apoyo aunque no salgan las palabras. Tan solo miradas, de esas que lo dicen todo y a la vez no dicen nada. De esas, las nuestras. Las miradas que nos matan pero a la vez nos arreglan.