"Consecuencias"

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Ahí estaba frente a ese portón negro sin atreverme a dar un paso más luego de admirarlo de lejos durante un par de minutos o quizá horas, al fin podría llegar a casa a pensar sobre todo cuanto perdí, no sabía si estar ahí había sido la mejor decisión, pude haber ignorado todo cuanto sucedió si supone que le daría la espalda a partir de ese momento entonces por qué continuaba doliéndome como el primer día, ¿acaso estaba condenada? ahora no me parecía tan descabellado pensar en eso pues desde el momento en que se cruzo en mi vida todo cambio dramáticamente y al parecer estaba decidido a no dejarme en ningún momento. 

Con los suspiros contenidos en el pecho me decidí por dar media vuelta, el clic de la puerta se escucho al instante, vi sus ojos tropezar con los míos en un instante, su semblante no era dulce, sus brazos no proclamaban acunar mi cuerpo, la severidad de su ceño fruncido mientras sostenía a una de mis hijas entre sus brazos estaba asustandome. 

-Bienvenida, cariño -el tono de su voz delato el infierno aproximándose a pasos peligrosos. 

-Hola querido, ¿Hace cuanto llegaste? -me atreví a contestar.

-Un par de horas. ¿En dónde estabas? 

-Desde luego con los Jackson. 

-Ya veo, te preocupan más esos niños a tus propias hijas. 

-Ellas estaban con mamá, no corrían ningún peligro créeme, ¿acaso no confías en mi madre?   

-Confió en ella, ¿cuánto tiempo llevas dejando a las niñas? 

Las manos me sudaron. Ese era el primer día y en lugar de poder contar con mi madre ahí estaba él, no me extrañaba tener una discusión en ese momento, necesitaba arreglar las cosas con él de una vez por todas. 

-No quiero discutir contigo, hace dos semanas no nos vemos, quiero estar en paz, ¿podemos? 

-Tampoco quiero discutir, no vine a eso -restregó una de sus manos en  su rostro-, quiero arreglar las cosas. 

Ese era un gran paso, al fin las cosas parecían pintar bien, salvo por el  hecho de que al día siguiente estaría en el interior de esa casa empacando todo cuanto le perteneció hace poco menos de un año. 

-Me alegra mucho escuchar eso. 

-Te amo -se acerco hasta mí en una velocidad poco apropiada. 

No estaba lista para emitir palabra alguna, no estaba lista para contestar o demostrar mi amor de ninguna manera enteramente comprensible pues mi mente se ocupaba de recordarme una y otra vez esos ojos marrones mirándome en las distancia mientras esperaban mi regreso. 

-Ven, vamos a comer algo -me tomo de la mano y por primera vez me sentía ajena al momento. 

No hice nada para impedir mi entrada, no puse excusa alguna al estar sentada a su lado e incluso me reí con él, le dimos de comer a las niñas, por un segundo todo volvió a la normalidad sus ojos eran cálidos de nuevo, nuestras sonrisas eran una sola entre un par de carcajadas, la niñas durmieron tranquilas y Harper por primera vez no protesto. 

-Gracias por venir -le acaricie el cabello rubio una vez arropados. 

-Prometí estar contigo en las buenas y las malas, todo estará bien a partir de ahora -me beso la frente. 

Cerré los ojos, dormí terriblemente bien a pesar de estar a punto de enfrentar un día temible, pensé en Prince, Paris y Blanket repetidas veces entre sueños, ¿Realmente era una buena decisión llevarlos lejos de su hogar hasta lograr tener un equilibrio? ¿Lograrían tener un equilibrio? Eran niños buenos, no merecían sufrir como lo estaban haciendo, me pesaba no ser quien para hacerlos olvidar el dolor. 

La noche me pareció interminable pues apenas la mañana se asomo espere la llamada de alguno de los Jackson junto a una buena taza de café, mire el reloj una y otra vez deseando hacerlo avanzar  hasta escuchar el teléfono sonar de una vez por todas, pues la mañana se pintaba de gris con mi ansiedad palpable en la terraza, al final decidí darme una ducha para matar tiempo. Prepare la tina de baño con sales aromáticas me hundí en el agua de un segundo a otro, esta logro apaciguar mi intranquilidad obligándome a no pensar en nada, salí de la tina cuando el sol estaba en su punto era medio día cuando me envolví en la toalla antes de escoger el atuendo adecuado. L se había levantado de la cama y el olor a omelette me decía sobre sus planes para el desayuno. 

Termine de vestirme en menos de los pensado cuando llegue a la cocina el terminaba de limpiar los platos. 

-Hola -le salude desde el marco de la puerta. 

-Hola -giro la cabeza mostrando una sonrisa discreta-, te has despertado temprano. 

-Tengo un par de cosas por hacer. 

- ¿Vas a salir? -su voz se torno más grueso. 

Había sido bueno mientras duro, no sabía su reacción a mis siguientes palabras. 

-Sí, ayudaré en la mudanza. 

-Tu madre no me comento nada. 

-No es mi madre quien se muda. 

- ¿Entonces quién? 

Dejo sus labores mirándome fijamente con su semblante amenazante listo a reñir cualquiera de mis decisiones. 

-Los hijos de Jackson, necesitan mi ayuda para empacar. 

- ¿Y piensas dejarme a mí junto a las niñas para ayudar

Respire hondo. 

-No contaba con tu presencia aquí, obviamente las llevaría conmigo, no soy tan mala madre como crees. 

Soltó una carcajada sarcástica logrando asustar a Finley, mi pequeña hizo sus acostumbrados pucheros levantando los brazos en mi dirección mientras Harper continuaba jugando con una cuchara sucia. 

-No vas a irte -pronuncio al tiempo que tomaba a la niña entre mis brazos. 

-No puedes obligarme a quedarme. 

Él podía desear mil cosas, pedir mil cosas e incluso rogar por conseguirlas, no obstante, no era su madre para cumplir sus caprichos ni mucho menos dejarlo ordenarme que hacer. 

-Eso crees. 

-No deseo pelear contigo, los ayudare con o sin tu aprobación, eso no está a discusión. 

-Si tú atraviesas esa puerta vas a lamentarlo. 

- ¿Me estas amenazando? 

-Te estoy previniendo sobre las consecuencias de tus actos. 

-Soy muy consciente de todo cuanto hago, querido -teniendo a ambas niñas entre mis brazos di dos pasos en retroceso-. Tus consecuencias me tiene sin cuidado. 

Di media vuelta hasta llegar a la entrada principal, con un esfuerzo enorme logre abrir la puerta para dirigirme hasta el enorme porto a un par de metros. 

-¡Lisa! -grito. 

-Nos vemos en algún momento. 

Salí de casa sin remordimiento alguno, me fui de ahí repudiando su presencia tan cercana, fui directo a la acera de enfrente en donde justamente se aparcaba el auto de los Jackson listo a partir de lo que en algún momento fue su hogar. 

Continuara... 

*secuela: Recuerdos

Hasta SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora