capitulo 3

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Multimedia: Max y Adalia

— ¿Quién es ese chico?, no recuerdo haberlo visto— dijo Damien mientras su vista seguía plantada en la carretera.

—Alex, un chico nuevo, y amigo nuevo — le conté a mi hermano con extraño entusiasmó.

— ¿Y cuándo piensas presentarme a tu nuevo novio? —dijo con una sonrisa traviesa.

— Sabes que no me interesa ningún chico y menos a uno que acabo de conocer hace dos días y si sigues juro que te matare, aunque allá sido una broma lo que dijiste —dije fría.

—Deja de decir que no te interesa nadie, ya olvida al imbécil de Tyler, él te engaño y ya está. Deberías seguir con tu vida no quedarte pegada en el pasado no seas tan sufrida, él anda con la chica que quiere y tu como una estúpida no te interesa nadie por la simple razón que te hagan lo mismo que te hizo Tyler — espetó haciendo que sus palabras me dolieran y me pusiera algo furiosa.

—No hablemos más de esto por favor. Sabes que aun siento algo por él, Y no me interesa volver a enamorarme —dije tragándome las ganas de llorar. Era muy débil aunque no lo demuestre muy a menudo.

—Está bien, pero debes presentarme a Alex, ¿Debo activar mi don de hermano sobreprotector? — dijo divertido. Y allí va de nuevo con el mismo tema, ugh.

— Basta — dije apoyando la cabeza en la ventanilla. Mi hermano no volvió a hablar en todo el camino... ¡gracias a dios que no lo hizo!

Cuando llegamos al centro comercial lo primero que hicimos fue entrar a una tienda de trajes para Damien, y le hice elegir un esmoquin color negro que se le veía bastante bien porque se le ajustaba a la perfección a su cuerpo, también llevó una camisa negra, él no quería ir tan formal con una blanca. Luego de eso fuimos a comer un helado y cuando terminamos fuimos a por mí vestido. Entramos a la tienda más conocida y cara, es que entiéndanme... allí se encontraban los vestidos que más me encantaban.

— Que te parece este — le dije a Damien mostrándole un vestido rojo que me llegaba hasta los muslos y apretaban mis pechos haciéndolos notar más de lo normal.

— ¡Claro que no! — dijo Damien con una mueca de asco. Volví a probarme unos cinco vestidos más y ninguno le gusto ¿Qué cojones con su gusto? no entendía si quería que pareciera prostituta o monja. Encontré uno que sabía que le iba a encantar porque era sexy y lindo, era color negro, ajustado hasta la cintura y me llegaba hasta los muslos, tenía un encaje perfecto, haciendo que mi busto se viera más grande, definitivamente me lo llevaría sin o con la aprobación de mi hermano. Salí del probador haciendo que a Damien literalmente abriera la boca hasta el piso.

— Te ves genial, si no fueras mi hermana no sabrías las cosas que te haría... — dijo mirándome de pies a cabeza.

— ¡DAMIEN! — chillé sonrojándome. Volví al probador para quitarme el vestido, sentí su risa provenir desde fuera. Cuando salí fui a pagar el vestido y ahora tocaba ir por los tacos, claro que para eso no necesitaba ayuda de Damien.

— ¡Estos están perfectos! — dije poniéndome unos tacos negros con pequeños diamantes, que eran bastantes altos pero ya estaba acostumbrada a usar tacos altos, incluso más que estos.

***

Llegue a casa más feliz que nunca con mi vestido. Estuve todo el día en el comedor viendo unas series que acababa de descubrir eso me entretuvo. Pero eso fue interrumpido por mi celular, había vibrado anunciando la llegada de un mensaje.

Desconocido: ¿estás en tu casa?

Yo: ¿Quién eres?

Desconocido: Alex, pensé que podíamos pasar el rato junto.

Desde Que Te Vi ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora