Capitulo 4

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Multimedia: Alex.

Cuando llegamos a la fiesta observé que estaba lleno de vehículos y que había gente por todos lados, en resumen la casa estaba completamente invadida de personas borrachas y sobrias. No sé cómo iba a encontrar a mis amigos.

Alex se bajó primero, abriendo mi puerta y dándome la mano para bajar. Se lo agradecí con una sonrisa mientras caminábamos a la casa.

—Dame la mano o te perderás de mi vista, cualquier imbécil te puede hacer daño y no quiero que pase eso —esas palabras hicieron que algo se removiera dentro de mí. Solo lo deje estar y tomé su cálida mano, me sentía verdaderamente protegida a su lado.

Caminamos por la casa en busca de nuestros amigos, hasta que los vimos, ellos nos miraron acercándose a nosotros, cada uno con una sonrisa a su modo, una de borracha, otro de burlón, otra forzada...

—Que tal chicos—dijo Liam mirando nuestras manos — ¿Vosotros son amigos con ventaja o algo así?—dijo haciendo reír a algunos. Pero aun así Alex no me soltó— digo... —fue interrumpido por una chillona voz.

— ¡Amiga-aa! —dijo Marlene con una cerveza en cada mano.

—Está un poco colocada, por culpa de un idiota —dijo Aurora mirando a Liam con los brazos en jarra.

—Pero que va, no lo hice con malas intenciones querida Aurora, simplemente ella tenía sed y mi deber era complacerla —se excusó Liam mostrando las palmas de sus manos mientras Marlene comenzaba a darle besos en el cuello. Estaba claro que él era feliz con eso.

—Sed tendrá con la resaca de mañana —le solté de manera burlona.

— ¿Quieres bailar? —dijo Alex en mi oído haciendo que se me pusieran los pelos de punta al sentir el contacto de su labio. Asentí animada y nos dirigimos a la pista de baile improvisada que había en medio de la casa.

Cuando llegamos a esta no dude en empezarme a mover al ritmo de la música mientras Alex me seguía. Todos nos miraban como si fuéramos unos dioses, incluyendo a nuestros amigos. Seguimos bailando unos largos segundos los cuales solo me dediqué a mirar su perfecto rostro. Me comencé a fijar que de a poco todos se corrían a un lado dejándonos en un círculo a Alex y a mí... esto es como si bailáramos como expertos o algo por el estilo. Para mi suerte esto no me daba vergüenza, y para mi mala suerte vi en la multitud a Tyler, Deán y Morgan.

Decidí demostrarles a esos dos patanes y a esa harpía, lo genial que me la paso sin que su presencia me afecte. Me apegué más a Alex haciendo que él me pusiera una mano en la cintura y nuestras piernas se entrelazaran. Debo admitir que Alex bailaba mejor que cuando lo hacía con Tyler.

La música se estaba terminando y él me tomo esta vez con sus dos manos de las caderas y apegándome más a su cuerpo sin que quedara ningún centímetro de distancia. Nuestros labios estaban más cerca de lo normal mientras miraba directamente a sus ojos que ahora parecían espejos, la luz de la fiesta se reflejaba en ellos dándole un brillo especial, sentía que en ese momento su mirada me consumía, su respiración era más agitada y sentía como su pecho chocaba contra el mío, estaba a punto de eliminar esos centímetros que me separaban de sus gruesos y rosados labios, pero la voz chillona de Morgan me sobresaltó.

—Pero mira que fácil olvidaste a Tyler —dijo la muy descarada zorra. Mi paciencia no era mucha así que me acerque a ella pero Alex me tomo del brazo. Lo miré y me suplicaba con la mirada que no hiciera nada malo, yo asentí, por ahora no me rebajare a agarrarme a golpes, aunque las ganas no me faltaron...

— ¿Y qué querías? ¿Que siguiera con él después de acostarse con una sucia como tú? — me solté suavemente del agarre de Alex y me acerque lentamente a Morgan, mientras que todos nos miraban. No me daba vergüenza decir que Tyler me fue infiel, ya que la muy estúpida que tenía en frente le había dicho a todo el instituto para formar bardo. Después de todo ella quedaba como zorra, ahora que lo pienso debería tatuarse eso en la frente —Oh vamos, No me digas que ya se aburrió de ti, recuerda que siempre serás la segunda y eso te calienta de rabia zorra. Para que ya veas que solo te necesita para sexo, puta —espeté sin remordimiento. Sabía que estaba mal lo que decía pero no me importo en aquel momento.

Desde Que Te Vi ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora