Volver a lo de antes

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REBECCA


Eran las tres y media de la mañana y no podía dormir. No tenía batería en el móvil , tampoco en el ordenador y en la tele no daban nada, solo mierda. 

¿ Y qué quieres que den a estas horas? ¿Un episodio de Teen Wolf? Já.

Encendí la luz y salí de mi habitación sin hacer ruido. 

- Mierdaa- Susurré. Había pisado algo, ah, solo era mi perro. Pobre, parece una rata, por lo menos es de ese tamaño. Que pena me da, se parece a la comida de su enemigo natural, es humillante.Por eso sale corriendo cada vez que ve un gato-Pensé. Aún así lo quiero.

Si tanto lo quieres tanto  deja de insultarlo, el pobre estaba durmiendo,lo has despertado y PISADO.

No, no hablo sola solo es mi querida conciencia que lo único que hace es molestar, criticar y hacer que pierda mi tiempo. Puede parecer raro, es decir no creo que mucha gente haga esto  pero solemos hablar mucho.

Acabas de admitir que hablas sola.

Se supone que me tiene que apoyar y ayudar en las decisiones difíciles.Seguimos siendo la misma persona al fin y al cabo. ¿no?

Es lo que hago. Soy la parte de ti que piensa, y cariño, no es mucha.

Bajé las escaleras, con las luces apagadas. Y efectivamente, me tropecé y acabé rodando. ¿Quién en su sano juicio baja las escaleras a oscuras?

Tú.

Esto a parte de doler va a dejar marca.La gente se pensará que mi madre me maltrata.

Esto te pasa por ser la persona más  imbécil en este mundo. Nadie te pega, ya sabes que aquí todos estamos en contra del maltrato animal.

Fui a la cocina y bebí agua. Me quedé mirando por la ventana,algo que solía hacer últimamente. Ya se esta haciendo hasta aburrido,la vista siempre es la misma y encima las estrellas ni siquiera se ven por culpa de la contaminación lumínica. Odio eso,parece que que la ciudad vive más por la noche que por el día, pero que se puede esperar de Madrid,  solo creo que las ciudades tienen derecho a descansar también. 

Sin esas luces que tan poco te gustan ya estarías más que muerta por culpa de algún coche al volver en plena noche más borracha que una cuba. Aunque, claro,eso era cuándo tenías vida social. 

La sigo teniendo.-Pensé indignada.

Por favor, este verano no has salido de tu habitación y ni si quiera te dignas a ducharte. Sólo duermes, duermes y duermes. A la única persona que has visto y has mantenido contacto con ella ha sido tu madre y Paco, el cartero tan majo al que asustas todas las mañanas con tus pintas de vagabunda y chiflada.

Tenía razón, este verano decidí que no quería saber nada del mundo,que se podría olvidar completamente de mi. El mundo entero feliz con la llegada del verano, del calor, de las vacaciones, de las fiestas, de ese par de meses que se te pasan volando porque estas muy ocupado viajando y disfrutando de la vida mientras que yo creaba mi propio infierno. No salía de casa, de mi habitación de mi cama. Simplemente me despertaba y me dormía. Así transcurrían mis días. Algunos días ni comía, nunca tenía apetito, comía lo suficiente para que aguante el día y no me desmaye.Me pasaba hasta catorce horas seguidas durmiendo, otros días  me los pasaba mirando el techo, pensando. No me miraba al espejo, porque sabía que si lo hago vería a una persona enferma,abominable y repulsiva. Menos mal que mi hermano no esta aquí para verme porque se acojonaría. Sé que mi madre esta preocupada pero intento evitarla lo máximo posible. Pensaba que al acabar el curso escolar mejoraría,dejaría de sentirme así; pensaba que me quitaría un problema de encima, que ya no estaría tan estresada y tendría tiempo para poder recuperarme. Pero me equivoqué, antes las clases me servían como distracción y al menos me relacionaba con la gente aunque poco a poco les hacía menos caso a mis amigos. Al acabar el curso me desinstalé todas las redes sociales y no respondía a las llamadas, estas al principio eran muchas pero supongo que la gente se habrá cansado de intentar que vuelva al mundo real.

Di un pequeño brinco y me senté sobre la encimera de la cocina y me puse cómoda al lado de la ventana. Apoyé la frente sobre el frío cristal y me quedé mirando la farola que estaba a escasos metros detrás del cristal. Hasta que en algún momento me di cuenta que estaba empezando a amanecer. 

Algo cansada me bajé de la encimera y me estiré. Me toqué la cara y noté que estaba húmeda. En algún momento habré llorado, ya ni me extraña. Dormir para no pensar,callar para no gritar, reír para no llorar y olvidar para no sufrir. En esto se había convertido mi vida. Abrí el grifo del fregadero y me lavé la cara.  Llené un vaso de agua y fui a mi habitación para tomarme las pastillas.


 Me puse algo cómodo, unas zapatillas y me hice una coleta.  Cogí los auriculares, el móvil, las llaves y le dejé una nota a mi madre encima de la mesa del salón diciendo que saldría a correr.

No tienes batería, lista. 

Fui a mi habitación y busqué la batería externa que tenía guardada en mi mesilla de noche.Este sin duda es el mejor regalo que me han hecho en mi puta vida. 

Me encanta correr, me siento libre, capaz de escapar de todos y de todo. Empecé hace una semana, desde que la psicóloga me dijo que tenía que volver a hacer cosas que me solían gustar y lo primero en lo que pensé fue esto. Consigue relajarme, es lo único que hace que mi mente se despeje. Ir explorando lugares de Madrid, perderme por sus calles, disfrutar de ellas a solas, cuando no este abarrotada de gente y turistas.   

Volví a casa  y lo primero que hice fue darme una ducha. Me cambié de ropa, me puse unas mallas grises, una sudadera azul de Adidas y unas zapatillas blancas. Me encontraba demasiado cansada como para alisarme el pelo, así que me hice una coleta. Me maquillé intentando tapar mis notables ojeras sin conseguirlo, pues aún se podían percibir.

Ni el corrector más caro del mundo podrá tapar esas ojeras querida, que parece que tienes más ojeras que cara.

Desperté a mi madre y le dije que hoy iría sola. Al principio se negó rotundamente pero al final accedió cuando le dije que iba a ir con Ana, una de mis amigas. 

Llamé a Ana que muy sorprendida accedió a acompañarme al centro, diciendo que le viene genial porque ella también tenía que ir a hacer algunos recados. No la pregunté y sinceramente tampoco me importaba mucho.

 Y aquí estoy yo, esperando al metro, que parece que se ha retrasado un par de minutos. Mi queridísima amiga tampoco ha llegado aún.

Espero que Ana llegue antes.

Estaba mirando la interesante pared del carril contrario, cuándo le vi.  

Es él.

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Espero que os guste el capítulo, comentad y votad 

Si veis alguna falta, avisadme por favor. 

¿Qué pensáis de esta chica? ¿Y a quien habrá visto? ¿Y por qué querrá escapar del mundo?

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