Cap. 3. ¿Deja-vu?

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Habían pasado algunos días desde que Yisus me llevó a la fiesta de la empresa, las clases y trabajos empezaron y con ella la frustración, Yisus llegaba cada vez más tarde a casa, y yo me ocupaba cada vez menos de mí, solo podía comer y hacer la tarea, no podía escoger la ropa que llevaría al día siguiente, ya no más duchas mañaneras de 15 minutos, ahora solo sería estudio y más estudio.

Me levante a las 4:00 a.m. y termine mi maqueta, palitos, pegamento por aquí y otros por allá, ya solo me faltaba un toque elegante y dedicado, pero una mirada al reloj fue suficiente para que aquella idea se vaya por donde vino, -7:45-, no me había cambiado, todo iba de mal en peor, pensé en darme un baño en las regaderas de la Universidad, lleve ropa en mi maleta aparte de los libros y me puse una sudadera súper larga y unos jeans, jale mis converse y me despedí de Yisus con un grito muy mañanero.

-¡Adiós Yisus, se me hizo tarde, suerte en el trabajo!.

Lo único que pude escuchar fueron unos gruñidos, corrí lo más rápido que pude, el aire se me iba, cuando pude leer desde lejos "Instituto Maxwell", incluso cuando llegue no me detuve, cuando vi "Estudio 123", abrí la puerta y fue tanta la rapidez que me deslice en el piso consiguiendo que me estampara contra la pared y la ventana, además de unas risas y gritos, no me importo nada, solo quería llegar, alce mi mano donde estaba mi reloj y vi que tenía 5 minutos de retraso, me di la vuelta y vi que el profesor se encontraba abriendo la puerta, de un gran brinco llegue a mi asiento y todos actuamos normalmente, como que ningún chico se haya estrellado en la pared y este goteando sangre, si algo sabíamos del profesor Cameron era que nunca en tu vida y menos en su clase hagas una gran estupidez, si no ni la gran virgen de Guadalupe te salvara de una gran regañada, todos éramos unos angelitos... al menos en ese instante.

Las clases de toda la semana fueron extraordinarias, pues el maestro se dedicó a contar las historias de los más grandes muralistas, ninguno cerró su sentido del oír, pues todos queríamos una nota ese día. Era viernes casi por la tarde, ya faltaba media hora para salir de las clases, él profesor se encontraba fascinado en cuanto a la pregunta de uno de sus alumnos, estaba a punto de abrir la boca cuando el director entro sin previo aviso o unos toquecitos en la puerta, de ella entraban 3 hombres aparte del director, si mirabas disimuladamente podías ver como todos los alumnos se erguían y adoptaban una posición más fresca y atenta.

-Alumnos hoy tendremos la presencia de uno de los empresarios más famosos y ricos del país, les voy a pedir que se levanten de sus asientos y se mantengan ahí, de una vez les aviso que el silencio deberá formar parte de esta pequeña actividad.

El director pareció susurrarle algo al hombre más bajito, este se dirigió a su compañero y de ahí le informaron al más alto, al parecer el empresario, un joven de cabellos blancos, tez pálida, ojos fríos y calculadores nos ponía su mirada encima, aquel tenía una edad como de 21 años, tal vez la misma que Yisus o incluso mayor, hubo un gran silencio, empezaron a revisar a los chicos en el aspecto de sus obras y físico, yo era el último por lo que me tome el tiempo de mirar hacia la ventana, fueron los 30 minutos los que me hicieron que mi mente regresara al mundo, pues unos toques en la campana de la escuela provocaron que todos los estudiantes salieran como prisioneros desesperados hacia la gran reja de salida de la escuela, el único salón que estaba esperando a salir era el mío, aunque no deberíamos de sorprendernos, somos el salón que ya mero acaba sus años en la universidad, prácticamente unos 3 meses y ya, de seguro alguien quería reclutar estudiantes ya, lo cual era raro, ya que por lo general piden experiencia, lo calcule un poco mejor y por fin llegue a una conclusión, solo reclutarían a los de mayor calificación, yo era uno de los mataditos, tal vez me reclutarían, solo que no contarían con que los rechazara, Yisus tiene una empresa igual, con varios puestos desocupados, además él tenía una empresa con la profesión que yo amaba: "Diseño Gráfico".

El Ceniciento -Historia Moderna-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora