Bryan Mouque se sentía solo. Su último hermano soltero, Tom, se había casado hacía un año. Bryan estaba solo con la asistenta, que iba dos veces por semana y amenazaba constantemente con jubilarse. Eso lo dejaría sin sus bizcochos, a no ser que fuera todos los días a desayunar a un restaurante y aquello era prácticamente imposible teniendo en cuenta su horario.
Se echó hacia atrás en la silla de su despacho, de aquel despacho que ya no compartía con nadie. Se alegraba por sus hermanos. Excepto Javier, la mayoría de ellos tenían ya hijos. Daniel y Victoria tenían dos niños. Josh y Tess, uno. Maya y Samuel, un niño y una niña. Bryan se dio cuenta de que hacía tiempo que no tenía una relación. Estaban a finales de septiembre. Los rodeos acababan de terminar y había habido tanto trabajo en el rancho que no había tenido tiempo de salir ni una sola noche.
En ese momento, sonó el teléfono.
—¿Por qué no te vienes a cenar? —le preguntó Tom nada más descolgar.
—¿Te parece normal invitar a tu hermano a cenar en tu luna de miel? —sonrió Bryan.
—Nos casamos hace casi un año —apuntó Tom.
—Por eso, todavía están de luna de miel —no Bryan.
—El trabajo no lo es todo. Es mucho mejor el amor.
—Qué te lo digan a ti, ¿verdad?
—Bueno, haz lo que quieras, pero la invitación está en pie. Ven cuando quieras, ¿de acuerdo?
—Gracias, lo tendré en cuenta.
—Bien.
Tras colgar, Bryan se estiró. Junto con sus hermanos tenía cinco ranchos, pero era él quien se ocupaba de casi todo el trabajo físico con el ganado, como ponía de manifiesto su enorme cuerpo. A menudo se preguntaba si no trabajaba tanto para no pensar en otras cosas. De joven, las mujeres habían revoloteado a su alrededor y se había hecho de rogar para aceptar sus invitaciones, pero ahora, a los casi treinta, las aventuras de una noche no le satisfacían.
Había pensado pasar un fin de semana tranquilo en casa, pero Andrea, una amiga íntima de _______ Rood, lo había convencido para que la acompañara a cenar a Houston y al ballet. A Bryan no le hacía mucha gracia lo del ballet, pero Andrea le había explicado que no podía ir sola porque tenía el coche en el taller.
Era una mujer guapa y sofisticada, pero Bryan no quería nada con ella porque no quería que le fuera contando nada de su vida privada a _______, que estaba patente e incómodamente enamorada de él.
Sabía que Andrea jamás le habría pedido que saliera con ella en Jacobsville, Texas, porque era un sitio pequeño y ______ se enteraría enseguida. A Bryan le habría gustado hacerlo para que _____ se diera cuenta de que era un hombre libre, pero aquello no habría favorecido en absoluto su amistad con su padre, Alex Rood.
Lo bueno que tenía salir con Andrea era que se libraba de ir a cenar a casa de los Rood. Alex era uno de sus mejores amigos, además de ser su socio, y le encantaba su compañía, pero había dos elementos en su casa que detestaba: su hermana, Lydia, que era una cotilla pero que no vivía con ellos, y su hija ______, que tenía veintidós y era psicóloga.
Había vuelto loco a Javier analizando sus preferencias alimenticias y Bryan solía buscar excusas para no ir a casa de Alex si estaba ella.
No era fea. Tenía una cabellera castaña y larga y tenía buen cuerpo. Lo malo era que estaba enamorada de él y todo el mundo lo sabía. Bryan no la tomaba en serio porque la conocía desde que tenía diez años y llevaba aparato dental.
Era difícil olvidar esa imagen. Además, no sabía cocinar. Su pollo calcinado era famoso en la ciudad, como sus bizcochos, que eran armas letales.
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Corazón Valiente. (Bryan Mouque)
FanfictionNOVELA ADAPTADA. Sinopsis: _____ Rood había ideado el plan perfecto para encandilar a Bryan Mouque: se convertiría en una mujer atrevida. Sin embargo parecía que lo único que había logrado la transformación era sacar aún más el mal genio de Bryan. P...