Capitulo 6.

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El miércoles, Alex fue con Bryan al despacho de su abogado para ultimar los detalles del préstamo.

—Nunca podré agradecerte esto suficiente — dijo Alex una vez redactado el borrador del contrato.

—Tú habrías hecho lo mismo por mí —contestó Bryan—. ¿Cuándo podemos venir a firmar? — le preguntó a Blake Kemp, su abogado.

—El lunes.

—Muy bien. Gracias, Blake.

El abogado les estrechó a ambos la mano.

—Ojalá todos los clientes fueran como vosotros e hicieran las cosas con tanta cordialidad.

Bryan miró el reloj.

—¿Te apetece que vayamos a Shea's a tomar una pizza, Alex?

Alex palideció e intentó buscar una excusa a toda velocidad.

—¡Es que Hettie ha hecho chili! —recordó—. ¿Por qué no te vienes a casa a cenar? ¡También hay pan de maíz!

Bryan dudó.

—Suena bien... ¡Vaya, se me había olvidado que había quedado con Josh y Tess! Quieren comprar dos toros Santa Gertrudis, ¿sabes? No sé cómo se me ha podido olvidar —se excusó pensando que ______ estaría en casa—. Te tengo que dejar, que no llego.

—No te preocupes —contestó Alex aliviado—. ¡Pásatelo bien!

—Tú, también. Hasta luego.

Al montarse en el coche, Alex suspiró. Un día más sin que Bryan se enterara de la verdad. Con un poco de suerte, tal vez, nunca se enterara.

Bryan, sincero de corazón, llamó a Josh para invitarse a cenar y hablar de los toros. Tenía tiempo antes de ir a casa de su hermano, así que se puso a pensar en el toro de Alex. Recordó que Christabel había comprado uno de la misma remesa y también había muerto. Dos toros del mismo criador muertos en un mes. Demasiada coincidencia. Agarró el teléfono y llamó a información.

Desde luego, Josh y Tess estaban tan felices como el día que se casaron. No paraban de sonreírse y se hacerse carantoñas.

—Se te da muy bien —bromeó Josh refiriéndose a su hijo, que Bryan tenía en brazos.

—Por fuerza. Todos tenéis hijos... y Meredith se ha quedado embarazada, creo.

—Así es. ¿Y tú? ¿Cuándo te vas a unir al club?

—¿Yo? Nunca —contestó Bryan—. Tengo una casa enorme, todas las mujeres que quiera y varios niños a los que mimar. ¿Para qué iba a querer atarme?

—Era solo una idea —contestó su hermano —. Tarde o temprano, te vas a cansar de tener que bajar todas las mañanas a la ciudad a por bizcochos.

—Me parece que voy a hacer un curso de cocina.

Josh se partió de risa.

—¡Si quisiera, cocinaría estupendamente! —protestó Bryan indignado.

Tess no dijo nada.

—Lo que pasa es que no quiero —continuó Bryan metiéndose las manos en los bolsillos—. La verdad es que ir todos los días a la ciudad es un poco latoso, pero me las apaño... Bueno, vamos a dejar eso. Quería comentaros algo.

—¿Qué pasa?

—Veréis, es sobre el toro Salers que se le ha muerto a Alex.

Christabel y Judd Dunn también han perdido uno.

Corazón Valiente. (Bryan Mouque)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora