CAPÍTULO 3

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GEMA

Hemos estado hasta las dos de la madrugada haciendo botellón en la puerta del conservatorio de danza. Yo estoy muy pero que muy entonada ya, no se me da muy bien beber y más aún cuando lo único que quiero es evadirme de todos "mis problemas" que ahora solo giran en torno a Samu. Quiero creer que lo voy a superar pero es que no me puedo quitar esa imagen de la puta cabeza y cada vez que lo pienso me vienen arcadas ¡JODER! Lo que le dije el otro día a Samu en el Dolce en realidad no alivió mucho...ese estado de euforia solo duró un rato. Lo que le dije no borró todo lo que él había hecho.

Necesito beber para olvidar, puede que parezca una actitud o una conducta un tanto inmadura, pero es justo lo que necesito ahora. Falta algo más de un mes para que cumpla los diecinueve...creo que aún puedo permitirme ser un poco inmadura. Y más aún cuando lo único que quiero es evadirme de todos "mis problemas" que ahora solo giran en torno a Samu, valga la redundancia.

El vodka este realmente me está pegando fuerte. Me rio por nada y a pesar de que estamos en pleno botellón, no puedo dejar de bailar y reír con mis amigas y Toni. Es mássss maaaajo, me cae super bien. Toni es el nuevo compañero de piso de Lara y Raquel y va a entrar en nuestra carrera este año. Él va un año atrasado porque tuvo que seguir instrucciones de su "retrogrado" padre, que no llevó muy bien lo de tener un hijo gay y menos aun cuando le dijo que quería estudiar idiomas. O estudiaba Derecho como él o lo echaba de casa. Finalmente, gracias a su madre, hermana y a unos ahorrillos que él tenía le dijo a su padre que pasaba de Derecho y que se cambiaba a Filología Inglesa. La relación con su padre no es del todo cordial, pero de momento se sobrellevan y aunque sea poco a poco...va entendiendo su condición.

Con respecto a las petardas de Raquel y Lara, Lara conoció a un chico llamado Rafa la semana pasada y de momento se están conociendo y en cambio Raquel, sigue siendo la cabra loca de siempre. Ha hecho muy buenas migas con Moni... no me extraña, son muy parecidas y eso me encanta.

Ahora mismo estamos yendo para Bilindo y como no tengo ni por asomo unas amigas poco escandalosas...van cantando a todo volumen "Yo no quiero agua, yo quiero bebida", reconozco que yo también lo estoy cantando. Como decía el vodka no me sienta muy bien (en realidad ninguna bebida alcohólica en gran cantidad me sienta bien) y esto es uno de los muchos efectos que provoca en mí, junto con mis desvaríos relacionados con Samu. Cuando llegamos a la puerta de la discoteca hay un poco de cola y tenemos que esperar. Delante nuestra hay un grupito de cinco chicas. Una de ellas no para de echarme miraditas... o es lesbiana o es que tengo algo en la cara. Esas cosas me caen muy mal, la gente que se queda mirando por un rato a otras personas. Como siga, estoy por decirle algo...últimamente no tengo los humos como para que me toquen el coño, digo la moral.

Tras un rato esperando, escucho a la rubia de las miraditas decirles a sus amigas que está ansiosa por entrar al reservado del chico que acababa de conocer. Y después vuelve a echar una mirada engreída para nuestro lado.

- Enhorabuena, hija – susurro y la miro con un poco de cara de asquito.

Ella me vuelve a mirar mal. Me doy la vuelta, sinceramente, no se merece mi tiempo ni mi atención.

- No le eches cuenta. Si no para de mirarte será que le impresionó tu escote o algo – me dice Moni con su sonrisa picarona.

Cuando miro atrás de Veva, hay dos chicos y uno de ellos está sonriéndome y asintiendo. Creo que oyó lo que dijo Moni. Me doy la vuelta un poco avergonzada. Tras unos minutos más esperando, por fin llegamos a la puerta. El portero parece Hulk, menos en lo de ser verde, porque está hinchado y parece de esos sacados del Hombre Mujeres y Viceversa. Ese pedazo de carne con patas me mira de una manera que me hace sentir incómoda. Mis amigas y yo pagamos corriendo la entrada y entramos en la discoteca. Nos acercamos a la barra a por nuestra copa y nos vamos a la pista de baile.

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