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Lucas  no se  sentía  preparado  para  seguir  leyendo, pero  quería  saber  por qué  su amigo había  hecho eso. Hacía  escasamente  dos  horas  que  se  habían  enterado  del  intento de  suicidio  y,  aunque  cada  uno sabía  algo  que  los  demás  no, no era  suficiente  motivo  como para  querer perder  la  vida.

Lucas  continuó leyendo:

“Hace  un par  de  días  estaba solo en casa con Hugo. David y  Lucas  habían salido  y  tardarían  en volver. Iba a la  cocina a coger  algo para picar, cuando  al  pasar  enfrente  de  la  habitación  de  Hugo, oí  pequeños  sollozos.

Abrí  la puerta  y  vi  a Hugo sentado en  su cama, sollozando y  con los  ojos  completamente  rojos. Me acerqué  a él  y  le  pregunté  qué  pasaba. Me contó  que  su hermana pequeña,  a la que  él  adora, había  tenido  un accidente.

Esa misma tarde, en cuanto  avisamos  a los  chicos, fuimos  a verla. Los  cuatro, siempre  los  cuatro, para todo.  Parece mentira que  después  de  tanto, siguiéramos  siendo tan unidos, como hermanos  porque  eso son ellos para mi, hermanos.

Pero lo más  importante  es  que  le  conté  un secreto. Y  eso, es  una de  las  razones. Nunca se  lo conté  a nadie, pero me  hizo bien decírselo y,  creo  que  escribirlo aquí  también me  ayuda.

Estoy  enfermo. No creo  que  me  vaya a morir  por  ello, pero no podría  vivir  toda  la vida  medicandome...es insoportable.

Los  doctores  dijeron que  lo  único que  me  salvaría  sería  una transfusión  de  sangre, es  decir, quitar prácticamente  toda la  sangre  de  mi  organismo e  inyectarme  una nueva,  pero  hay  un  problema: no hay  donantes  para mi.

Hugo dice  que  me  ayudará en  todo lo que  pueda, que  estará siempre  ahí  para mi  y, la verdad, lo hace, pero son muchas  más  cosas  y  no quiero seguir  viviendo. Y  esta es  la  primera razón por  la  que quiero suicidarme  aunque  creo que  las  demás  son peores”.

-¿Por qué  no nos  dijiste  nada?  -le  preguntó  Lucas  a  Hugo.

-Se  lo prometí  -contestó cabizbajo.

-No te  preocupes, hermano -le  dijo con una  breve  sonrisa.

AdiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora