Ibiza, España. Mayo de 2008.

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-¡Vamos María!, ¿Cuanto mas tienes que pensarlo?, Mi tío nos paga los pasajes, y nos alojará en su casa de Portinatx, serán las vacaciones soñadas.

         Las últimas defensas de María caen. Hoy tiene cuarenta años y un agujero en el alma. Sabe que Juan, la espera en algún lado. Solo alcanzaron a verse a la distancia, pero, almas gemelas como eran, se reconocieron. El mundo pareció haberse confabulado en su contra, la vida los separó contra su voluntad. Ella todavía conserva su dije de madera. Suspirando le dice a su amiga:

         Está bien!, aceptado!, El mes que viene vamos a Ibiza.

         Juan, sigue encerrado en su trabajo, han pasado veintidós años desde que vio a María pero para el todavía es ayer. Hoy con cuarenta y siete años sigue soltero. Sus amigos y en particular las esposas de ellos le presentaron infinidad de hermosas mujeres, pero ninguna relación prosperó. Juan sabe que todos quieren su bien pero, también sabe que en alguna parte del mundo lo espera su María.

         Juan odia las vacaciones, pero ama el mar. En el trabajo es el comodín ideal, sin familia,  sus vacaciones se acomodan siempre a las necesidades del resto de sus compañeros de trabajo. Su jefe le ha dado el ultimátum:

         - Juan, no me interesa si no está cansado, lleva acumulado más de cincuenta días de vacaciones, el mes que viene se toma el mes entero…

         Y bromeando afectuosamente le dice:

         - No quiero discusiones, es una orden.

         Juan camina como siempre del trabajo a su casa. Pasa por el supermercado para reponer las habituales vituallas en su departamento. En el camino, las luces de la agencia de viaje llaman su atención. Se detiene y por la vidriera mira los folletos, un paisaje llama su atención, Ibiza.

         El taxi traquetea por la carretera C-733 rumbo norte, en su interior, Juan se sigue preguntando en silencio:

         - ¿por que Portinatx?, ¡treinta días!, espero que el buceo sea tan bueno como me dijeron en la agencia de viajes.

         Quince minutos después el taxista interrumpe sus pensamientos:

         - Hemos llegado a Portinatx, por favor me repite el nombre del hotel?

         Juan busca en el bolsillo de su chaqueta, saca el voucher y lee.

         - Hostel Cas Mallorqui.

         María lleva ya dos días en la Isla, El tío de Inés, su amiga, y la familia, no dejan de atenderlos, La casa es hermosa y la cala de Portinatx un sueño.

         La zona costera es preciosa, la bahía esta rodeada de acantilados, y tiene tres playas en su interior. María, esta sobrecogida por la belleza del lugar.

         Una extraña ansiedad la domina desde esta mañana, los recuerdos de Juan son cada vez mas vividos, una idea la asalta, El está aquí.

         En esta época del año, Portinatx se prepara para la recepción de los turistas que vendrán a fines de Junio. Por este pequeño poblado con vida propia, Juan camina al puesto de buceo ya en paz y satisfecho con la elección del destino de sus vacaciones. Nunca perdió las esperanzas de encontrarse nuevamente con María, se jura a si mismo que si la vuelve a ver nunca mas la dejará,  aún conserva en una cadenita pegada a su pecho la mostacilla de sus trenzas. Sin saberlo ambos se hallan a menos de quinientos metros uno del otro.

         La tarde cae sobre Portinatx. Los bañistas vuelven a sus alojamientos, Juan en cambio sale a caminar. La playa de Sa Guardiola al este ya esta desierta. Extensas nubes cubren el cielo. Juan se sienta en unas rocas en el extremo de la cala y se entrega a sus sueños.

Memorias del marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora