Capítulo 1: Samantha

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2017: 

-¡Hija despierta, es hora de ir al instituto! 

Samantha se sienta en su cama y se queda mirando un rato a la pared blanca que está enfrente de ella. 

-¡Samantha, hija, despierta por Dios!

Después de esos gritos, unos duros y ruidosos golpes empiezan a sonar detrás de la puerta de su cuarto, haciendo que se despabile y empiece a cambiarse. 

-Voy ma, estaba poniendo el sostén.- Grito mientras se ponía unos vaqueros azules.

-Ok, pero no vas a alcanzar a alcanzar a desayunar, faltan 20 minutos para que den el toque.- Dijo su madre. Samantha se puso una playera roja con escote libre y luego se fue a su baño.- ¡Ah cierto! Te mandaron una invitación, un chico llamado Eric, para su fiesta de cumpleaños mañana. 

-Ok ma, gracias por avisarme.- Dijo Samantha mientras se cepillaba sus largos risos rubios. Tiene unos ojos verdes que brillan en la obscuridad y una cara hermosa.- Bien, ya casi estamos amiguita.- Agarró un estuche donde había maquillaje y con una esponja se empezó a maquillar su cara con cautela. 

Cuando acabo se fue a un rincón de su cuarto donde estaba su mochila, se la colgó y se salio de su cuarto. Bajo las enormes escaleras de su enorme casa y fue al comedor, donde estaba su padre y su madre sentados leyendo el periódico mientras tomaban una caliente taza de café. También estaba su hermana mayor Jane.

-Hija, milagro que te levantas tarde.- Dijo su padre bajando el periódico para ver a su hija. 

-Perdón, apenas ayer acabé de ver una serié de Netflix y me desvele un poco.- Respondió Samantha mientras se pasaba su mano por su cara.- Hola Jane, buenos días. 

-Buenos días hermana.- Jane era la única hija genética de sus padres, Samantha fue adoptada en un orfanato donde casi cerraban las instalaciones hace 15 años, cuando tenía 2 años. 

-Voy a llevarme un pan tostado y un yoghurt para el camino, el camión pasa en 3 minutos.- Dijo Samantha mirando el reloj de pared que estaba al lado del refrigerador, marcando 7:52.

-Está bien, pero luego comes bien en el descanso.- Le dijo su madre mientras veía a Samantha irse por la entrada principal.

Samantha caminaba hacia a parada del autobús y se quedo ahí esperando junto con 4 chicos del mismo año que ella. Uno era bajito, incluso más que ella que medía 1.40, luego estaba una chica morena, luego un chico lleno de percings y tatuajes y otro chico pero este más grande que todos. Ese era el grupo que siempre iba en su autobús. 

-Hola Sam, ¿cómo estás?- Le dijo Ana, su amiga mientras iba hacia ella.

-Bien, sólo que ahora me levante un poco tarde, como ves- Dijo señalando el pan tostado. Ana se empezó a reír un poco hasta que paro un instante hasta que Samantha le dijo algo otra vez.- Y subí de talla de sostén, ahora soy 36B. Lo malo es que ya casi ningún sostén me queda. 

-A mi me paso igual, pero subí a 34 C. Lo malo es que muchos chicos se nos quedan viendo en está época.- Luego se hecho a reír y Samantha le siguió el paso. 

Después de un rato esperando, apareció el autobús y todos se subieron, nadie o casi nadie aparece en ese autobús, casi no hay gente que viva en esa colonia. El conductor siempre es el mismo, un anciano de tercera edad con cabellos blancos y con una estatura baja como de un adolescente de 12 años.

Pasaron 5 minutos hasta que llegaron a un instituto muy moderno y bien pintado de color blanco con algunas rayas azules. Hay un enorme pasillo de piedra rodeado de pasto verde para llegar a los salones. Todos bajaron del autobús y empezaron a caminar en el pasillo.

Samantha caminaba junto a su amiga pero se tambaleaba unas veces y perdía la noción de que estaba haciendo. Hasta que una vez se callo de nariz y se empezó a marear, Ana le ayudo a levantarse pero de nuevo se callo, está vez desmayada. 

-¡Sam... Sam..- Gritaba Ana mientrás su amiga empezaba a cerrar los ojos- Samantha levantate, por favor... Llamen a seguridad chicos, corran!

Hasta que los cerro y cayo en un profundo sueño lleno de dolor e imágenes raras.

Otra Perspectiva #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora