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Habían veces en las que Arthur pensaba que el mundo era un gran parque de diversiones. 

Algunas personas se subían a las montañas rusas y tenían altas y bajas, otras se subían a los carros chocones y hacían de sus vidas una bola de sorpresas fuertes de distintos tipos, otros preferían meterse a la sala de los espejos, y ver la vida con optimismo, el mismo pensaba que el había elegido, de entre tantas atracciones, subirse al tren que recorría todo el parque.

¿Como había llegado a esta conclusión?

Pues hace un tiempo el pensaba que aquel tren que recorría el parque, era la misma muerte que buscaba pasajeros al mas allá. Pero ahora, aun que el estuviera, aun, vivo, pensaba que era un pasajero voluntario en aquel recorrido, ¿Por que? pues por la simple razon de que el no tenia aquello que caracterizaba a los seres vivos como tales.... Sueños, Anhelos, Deseos, Ambiciones.... Metas.

El pensaba que al no tener nada de eso, no podía considerarse un ser vivo.

¿Pero por que de esto? Aquello se puede explicar mejor, si nos adentramos en su vida.

Arthur Kirkland, el menor de cinco hermanos, hijo de un importante arquitecto y una reconocida ex-modelo, hermano de un actuario, de un medico y dos ingenieros civiles. Y el... bueno, a sus veititres años aun no sabia bien que estaba haciendo y que quería hacer.

Desde que era un niño quiso ser maestro de prescolar, pero su padre destruyo su primer "sueño", diciéndole que con el salario de un profesor de prescolar, no podría mantenerse a si mismo. Y sin mas, abandono ese sueño como si nada.

Durante su vida de prescolar hasta la primaria, no sabia ni le importaba lo que tendría que elegir como carrera.

Posterior mente, le entro la idea a la cabeza de ser abogado, por lo que en la secundaria, defendió con uñas y dientes su ideal. Su segundo ideal, y del que no estaba completamente seguro.

Su padre no lo acepto, pero tampoco lo negó. Muchas veces intento hacerlo cambiar de parecer diciéndole que era mejor que fuera un medico cirujano naval. Pero el se negaba a ser parte de una profesión que tuviera que ver con la medicina, simplemente por que odiaba el olor de la medicina y le daba un poco de pavor la sangre.

Al final de cuentas había quedado en un acuerdo con su padre, de que estudiaría contaduría. Y se despidió por segunda vez de algo que el mismo, con dudas o sin dudas, había elegido.

Así paso dos años de su vida, estudiando algo que lo le gustaba, para darle gusto a alguien que no lo entendía. 

Hasta que en el penúltimo año de su educación preparatoria, se encontraba aburrido escribiendo en unas hojas sueltas en un parque, a causa de una ventisca repentina, algunas hojas que se encontraban en la banca junto a el, salieron volando lejos. El pelirrubio se levanto e inicio a recoger todas las hojas, en las cuales se desarrollaba una historia que el mismo estaba escribiendo, una de las personas que pasaba por ahí, tomo una de las hojas mientras el no miraba, y comenzó a examinar su contenido. No tardo mucho en llegar hasta el joven que se encontraba rescatando otra hoja que se encontraba cerca de un árbol, aquel hombre de traje, le felicito por lo poco que había leído en aquella hoja, y se presento ante el como el jefe de un departamento de edición de los Estados Unidos, aquel hombre le ofreció un trabajo como escritor en la editorial "Hetalia" y le aseguro que podría recibir una buena cantidad de dinero si su libro se vendía bien. 

Al inicio el ojiverde lo dudo, por lo que, el hombre que se presento ante el como: "El asombroso Gilbert", te tendió su tarjeta, y le dijo que lo pensara y le llamara para decirle su decisión.

Pasaron tres meses, y con los problemas de familia que llevaba acarreando el ojiverde desde hace años, mas la repentina huida de su madre----Por séptima u octava vez----, no lo pensó mas, reclamo su lado de la herencia, y le dio el adiós a su familia,  quedo de verse con el tal Gilbert en el aeropuerto y se marcho con el, hacia su nueva vida en los Estados Unidos de Norte America.

De Libros y Camaras. Hetalia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora