DESGRACIA

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Nos encontrábamos con unas barras raras cada quien tomo una, nadie se atrevía a comerlas, revise la información nutricional pero el idioma era diferente, Stephen tomó una barra, la abrió y se la comió, lo único que dijo fue:
—Esta buena.
Todos nos dispusimos a abrirla y comernosla, tenía un sabor raro como a cereal, pero no estaba segura de que fuera cereal, nos dieron una caja por día, no entendía por que nos daban esto, simplemente se me pasaba por la cabeza las teorías que Astrid me había comentado.
Todos nos mantuvimos callados, en eso entra un hombre alto con lentes, tenía el mismo uniforme que aquellos soldados, él empieza a tomar lista con una voz grave,nadie sabía que decir así que todos respondían con voz temblorosa, al terminar sale del salón , me quede consternada, ¿por que nos tomo lista?,¿sera para identificarnos?realmente todo era muy raro. Al día siguiente entró el mismo soldado pero esta vez se paro en frente de todos diciendo:
—Todos van a salir en orden al patio y se formaran como si fuera una ceremonia, no harán ningún ruido, así que al que haga ruido lo mataré yo mismo, ¿entendieron?.
—¡Si!— todos hablaron  al  unisono
—Salgan

Todos obedecieron, pero no éramos los únicos, también estaban sacando a los demás grupos.
Cuando todos estaban formados se paro en frente de todos un hombre con un micrófono y empezó a decir:
—Si que son muchos, bueno al grano como ustedes dicen, jugaremos un pequeño juego, las reglas son básicas, vendrá el hombre mas fuerte y peleará con 5 de ustedes, cada uno individualmente durante 10 minutos, esas 5 personitas serán escogidas por día, ahora si llegan a darle una herida lo suficientemente profunda ¡ganan! pero si no lo hacen, tengan por seguro que él los matará, si terminan a los 10 minutos sin hacerle algún rasguño dejaré que los mate sin piedad.

A lado de él se encuentra un hombre con traje, el cual toma el micrófono:
—Ya se dieron las reglas, ahora depende de ustedes, así que ¡Empecemos!.

El miedo volvió a inundar a todos, y solo escuchamos al hombre de traje decir

—Ven aquí Clarence.

Entro un hombre sin camisa de estatura mediana, con tatuajes por todo el cuerpo al igual que cicatrices, camino hacia el centro y se quedo ahí parado.
El primer nombre que dijeron fue Daniela Sforchis, resultó que era una chica de primero, la escoltaron hacia el centro del campo, le dieron a escoger un arma, no eran armas de fuego sino era entre una daga y una espada, Daniela tomó la espada al igual que el mercenario, a simple vista no podía sostener la espada, le temblaban las manos, el hombre con traje tenía un reloj de arena y al voltearlo significo que había empezado la masacre, Daniela solo empezó a sacudir la espada mientras el mercenario se acercaba, y con un solo movimiento con la espada logro atravesar el delgado cuerpo de Daniela, todos quedamos en shock, no podíamos creer lo que habíamos visto.
—Ven eso es lo que sucede cuando no se defienden adecuadamente—dijo el hombre con traje riéndose.

Y así siguieron con las demás víctimas nada más que los otros duraron un poco mas.

Cada día veíamos a nuestros compañeros morir en frente de nosotros, los demás días ya no apareció el hombre con traje, realmente me alegre que ya no apareciera odiaba su estúpida risa al ver morir a unos simples chicos.

[...]

Ya había perdido la cuenta de que día era hoy, todos estaban estresados de que un día fueran ellos que pisaran la arena, de que su muerte estaba muy cerca, quería soltar toda esta frustración que me carcomía por dentro.

Al día siguiente empezaron a nombrar a las víctimas; empezaron con jóvenes de primero a segundo, al parecer los los escogían al azar ya que siempre era jóvenes de diferentes grupos no tenían un orden, ya por último faltaba uno por mencionar, cuando el hombre del micrófono abrió el papel y pronuncio el nombre de la 5° víctima:

Astrid Quintis.

Al escuchar su nombre me paralice no podía creer que ella había sido nombrada, mire hacia donde estaba ella, ella sonrió y solo movió los labios tratando de decirme algo...pero no pude descifrar que era lo que me quiso decir, simplemente observe como ella caminaba directo al campo con el mercenario.
Simplemente no podía aceptarlo, Astrid empuño una espada y empezó a esquivar los ataques del mercenario, ella era delgada, tenía el cuerpo pequeño así que se le hacia fácil moverse con agilidad...

No pude evitarlo mi cuerpo no reaccionaba, mis manos temblaban y solo pude soltar un grito:

¡ASTRID!

Ella inmediatamente volteó y fue en ese momento como todo paso a cámara lenta, el mercenario aprovechó ese momento de distracción para atacar, mire como la hoja de la espada cortaba lentamente el cuello de Astrid,mientras a ella se le desvanecía la vida.
Su cabeza rodó a pocos centímetros de su cuerpo.

Su cabeza rodó a pocos centímetros de su cuerpo

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