Estás en mi mente

Torturado

Dolor. Una terrible punzada recorre todo su cuerpo. Al menos ya podía sentir un poco más a comparación del momento en el que cayo inconsciente por la inyección. La parálisis iba convirtiéndose en un ligero adormecimiento, en un hormigueo en la punta de sus dedos.

Sus sentidos volvían a despertar lentamente, al principio fue su tacto y lo primero en sentir con las puntas de sus dedos fue madera húmeda. Estaba en el suelo. Lo segundo fue el olfato, y lo sintió, olor a húmedo y un intenso, casi nauseabundo olor a pescado inundó sus fosas. Su oído despierta, el sonido del mar a lo lejos, era algo parecido a un puerto pesquero. Quizá estaba en una bodega abandonada porque al abrir los ojos a penas unos pocos rayos de sol se colan por lo agujeros de las paredes de cemento ya muy viejo.

No recuerda en lo absoluto como había llegado, solo sabe que lo último en que pensó fue si volvería a ver a Steve esta vez o simplemente lo alejarían de su lado para siempre. HYDRA recuperaría a su mejor arma y seguramente le intentarían arrebatar sus memorias. Aquello era lo que más le dolía de todo, volver a olvidar.

Al despertar ve que en la esquina de la bodega estaba sentada una figura aterradora, más musculoso de lo que jamás había visto antes, con una vestimenta negra que cubría todo su cuerpo y una mascara escalofriante que tenía marcada una calavera en ella.

No puede creer que en poco tiempo haya llegado a esto, de un momento en el que estaba en la amplia y cómoda cama de su mejor amigo, completamente seguro, ahora estaba en una cloaca alejada y quien sabe cuanto de su hogar con Steve.

La mordaza de su boca ya lo empezaba a lastimar por lo apretada que estaba, sus manos, unidas por gruesas cadenas igualmente le molestaba demasiado. Lo peor era que contaba con muy pocas energías, así no tenía oportunidad en correr, golpear o defenderse de lo que sea que le vaya a suceder.

El hombre de grandes músculos se levanta de su silla al notar que su presa había recuperado el conocimiento. Se detiene a un par de pasos de su víctima y se inca de piernas para obtener una visión más satisfactoria. Bucky solo lo observa con una expresión adormilada y confusa que intenta demostrar enfado, mas no lo logra.

-hace mucho tiempo que no te veía, soldado.-viéndolo de cerca nota que su mirada detrás de la máscara es aun más sombría, al instante reconoce su voz. Imposible de olvidar.-espero que no me hayas olvidado... yo no lo hice.- se retira la máscara lentamente, la deja en el suelo y al acercarse a uno de los rayos de luz el rostro calcinado del hombre le provoca una sensación incómoda aun que el otro no le tomó importancia a su reacción.-se que ya no soy tan atractivo como antes, y en cambio tu...- corta su frase con la sonrisa más siniestra que jamás haya visto.

Pasan unas horas, horas en las que no se emitió ni un sonido departe de ambos. Bucky mantiene la mirada en el suelo, temiendo que si quedaba dormido podría despertar en condiciones peores. Mientras Rumlow permanece en la sombra, no se podía saber si dormía o estaba en completa vigilia, pero le da una extraña sensación de que, efectivamente, era observado sin descanso.

Cada minuto que pasaba en la inmovilidad completa se sentía más desesperado, aquellos ojos lo perturbaban demasiado, sabía de sobra de lo que Brock era capaz. Las pocas misiones que tuvo a su lado fueron suficientes para ser testigo de los fatales torturas que aplicaba a sus prisioneros, sea para sacar información, por castigo o simplemente hasta por diversión.

-Dime ¿que tal ha sido vivir al lado del idiota del Cap?- habla desde lejos esperando recibir alguna respuesta ya que su rehén había recuperado más energía, al menos para hablar. No recibe ninguna palabra de respuesta.- conociendo como es ya debe estar en camino hacía acá, pero se llevará una decepción ya que daremos un largo paseo. Quisiera decirte a donde pero se arruinaría la sorpresa.