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Dicen que la primera impresión es la que cuenta, no quería creer en eso, pero debido a lo que había pasado no quise restarle importancia, aunque no me importa en absoluto crear una buena impresión.

7:00a.m, a partir de hoy esa será mi rutina semanal, primer año de preparatoria no suena algo complicado.

Pienso que a los 16 las personas pueden ser maduras, o cambiar su perspectiva de las cosas, estoy nerviosa no solo soy nueva en esa escuela, si no también, en la cuidad, mis padres me han contado que Los Angeles es muy lindo, quiero descubrír si es así.

Mi nuevo hogar no se encuentra muy alejado de la escuela, podría decir que se encuentra a solo unas 5 cuadras.

Mientras camino directo a la escuela, veo a mi alrededor pasar a personas con el mismo uniforme que yo, no tengo que dudar para saber que son estudiantes de ahí, creó que ahora me encuentro más nerviosa.

De donde estoy puedo apreciar la entrada de la escuela, es un lugar muy colorido, mucho césped, y autos de profesores, e incluso estudientes bajando de ellos, también muchas bicicletas.

Y más estudiantes entrando por la enorme puerta.

Paso por las grandes rejas de metal y doy de lleno con unos lindos pasillos con carteles en cada uno de sus muros, unos casilleros de color gris, y muchos estudiantes riendo, y hablando, y con un mal tropiezo es cuando mi calma se va y la vista de todos esta en la chica tirada en el suelo, sí, en mi.

No sé que puede ser peor la vista de todos en mi, o que un chico demasiado guapo se acercara a ayudarme, ¿existe una sonrisa tan perfecta? bueno, es terriblemente perfecta su sonrisa.

-Gracias- sonrío al estar de pié nuevamente.

-No hay de que, ¿eres nueva no es así?- pregunta acomodado su cabello hacía la derecha.

Suelto un suspiro, al fin, alguien que parece ser amable en mi vida- Sí, mi nombre es Samantha, aunq..- y ahí mi voz se pierde cuando me veo interrumpida por una rubia hermosa.

-Amor, ¿quién es esta?- abraza por la cintura a su novio el cual la besa en los labios rápidamente.

-Oh, no es nadie, es que la miré tan patética en el suelo que decidí ayudarla a levantarse- y así mi corazón empezó como loco, me llamó "patetica" "nadie" ahora que pense que había encontrado a alguien bueno, actua así.

-Niña, ten más cuidado, no todos aquí se apiadan por gente estúpida-. Y con esa simple oración guiña su ojo derecho llevandose a su novio de la manó, dejándome como una tonta.

El sonido del timbre me saca de mis pensamientos, tengo que buscar el aula de español, en mi itinerario decía que era mi primera clase, lo que acaba de suceder es solo un tonto percance no significa que todos sean así de crueles en esta escuela.

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Una semana, una maldita semana, y Sasha y Erick se han tomando la desfachatez de molestarme, al principio pense que era solo una broma las bolas de papel en mi cabeza, pero tirame al suelo a  propósito en el comedor me da a entender que no les agrado mucho.

Solo una semana y esos tarados pusieron a todos en mi contra, nunca falta una mala mirada, o un cotilleo cuando cruzó los pasillos.

Maldita sea.

Alas de dolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora