Temores, sorpresas

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Habían pasado alrededor de dos semanas desde el raro síntoma de Bridgette, ahora era como si nada hubiese pasado, aunque claro su novio tuvo que tomar medidas drásticas para con ella en el instante que se quedó dormida a mitad de un examen de trigonometría. Ambos se habían puesto de acuerdo para estudiar una tarde y así la azabache lograra aprobar la materia, pero sus planes fueron ligeramente modificados.

Bridgette no sabía exactamente en qué momento pasaron de las formulas trigonométricas a su situación actual, donde la ropa estorbaba y el único sonido que se podía escuchar era el de dos amantes chocar sus cuerpos con desenfrenada pación. Ella podía sentir el rose de aquellas grandes manos por su cuerpo y situarse en sus caderas sujetándola con fuerza, podía escuchar roncos gemidos que aumentaban su excitación, mientras su uñas se clavaban en la ancha espalda de él. Félix le sujeto fuertemente indicándole como moverse sobre de él, el ritmo que debía de llevar era marcado pos sus manos y ella solo se dejaba manipular en esos momentos, solo bastaron un par de movimientos más para que ambos culminaran, la esencia del chico baño por completo el interior de la azabache quien agotada recargo su cabeza sobre su hombro.

-Te odio.- le dijo una vez logro controlar su agitada respiración, él no hizo más que tomar una hebra del largo cabello azabache para inhalar su aroma.

-Repítelo hasta que tú misma lo creas.

-¡Es enserio Félix! Tenías que ayudarme a estudiar para mi examen no... no a terminar así. – le reclamo, separándose ligeramente de su cuerpo, el rubio le sonrío ligeramente para después morderle de forma tierna en el mentón.

-Podíamos avernos detenido en cuento tú lo quisieras, el seguir a delante fue cosa tuya.

Rodo los ojos con ligero fastidio, pero no podía negarlo le había gustado todo de comienzo a fin, se levantó con cuidado de sus piernas para buscar su ropa y comenzar a vestirse, los padres del rubio podrían llegar en cualquier momento. Cuando ambos se vistieron y parecía que en aquella habitación no pasó nada, bajaron al comedor para esta bes de forma real ponerse a estudiar, no paso más de media hora cuando las puertas de la mansión se abrieron, ambos jóvenes fueron a la entrada principal para recibir a los recién llegados.

El padre de Félix apenas entro se fue directo a su estudio ignorándolos por completo, por su parte la mujer de largo cabello rubio les sonrío.

-No pensaba encontrarte en casa Félix y menos acompañado.- dijo ella, el rubio se encogió de hombros.

-Le ayudaba a estudiar para un examen.- respondió. La rubia rio ligeramente.- ¿Qué te dijo el médico Paulette?

-Posiblemente sea un niño, pero nada es seguro ya veremos el próximo mes si confirman su sexo.- dijo ella mientras tocaba su vientre de cuatro meses, hasta el momento Bridgette se mantenía en silencio muy pocas veces como esa tenía el placer de ver a la nueva esposa del padre de Félix. – Brid querida ¿te quedas a cenar?

-Yo...

-Ella ya debe irse.- interrumpió Félix ya será después Paulette por que no mejor vas a descansar, mi padre parece estar algo ocupado, yo llevare a Brid a su casa.

-Como gustes, solo no te demores en regresar, tu padre desea hablar contigo.- fueron sus últimas palabras.

Para cuando ambos abandonaron la mansión el móvil del rubio sonó, el camino se produjo en silencio para Bridgette y una para nada interesante platica que el sostenía por teléfono, las palabras "transporte, planeado y de acuerdo" le fastidiaron, sabía quién con quien estaba hablando, llegaron al frente de la pastelería, y por fin Félix colgó su llamada.

Bajo la lluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora