Ella era joven, tenía la felicidad a flor de piel, el guardaba en su sonrisa mil secretos. Cuando sus miradas se cruzaron ella sintió el mundo dar mil vueltas y cobrar sentido. Al sentir su presencia ella se sentía completa. El tiempo pasó como las estaciones; con tempestades y días soleados. En el tiempo que el sol salió brillante ellos estuvieron juntos, pero sus caminos se tuvieron que partir, aún lejos pelearon por ese lazo que no deseaban dejar partir.
En la distancia que los separaba ella tuvo miedo en su corazón, quizá el encontrará algo que para él era mejor. El miedo comió su alma, poco a poco, hasta ya no poder. Ella decidió llorando firmar una carta que daría fin, a todos los bellos momentos que pudieron existir. Ella forzó por miedo este frío y cruel adiós. Si el destino juntase sus caminos este estaba destinado a ser, tal vez algún día choquen y sus miradas se vuelvan a ver, o quizá estas se desvíen a un lado a otro querer.