Capítulo 5: Regalos, padres extraños y ¡¿Dormir en la misma cama?!

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Emma

- ¡Jem! -le grité alarmándolo y sosteniendo su hombro para que se detuviera- Me acabo de acordar, ¡los regalos para nuestras madres!

  Él miró la hora en su celular y susurró algo que no logré entender. Seguro no fue nada importante.

- Okay -verlo serio me daba risa, muy pocas veces lo veía así- ya sé una tienda, ¿Vamos?

  Asentí y lo seguí hasta la tienda, era una de deportes.

  Visitamos un montón de tiendas hasta que por fin encontramos lo que les íbamos a regalar por el día de las madres.

   Volvimos a mi casa y al ver la hora ya eran las 9:15 pm. Me dolían los pies por culpa del recorrido por el centro comercial buscando buenos regalos.

- Em -me llamó Jem y volteé a verlo.

- ¿Si?

- ¿Me puedo quedar a dormir? -preguntó dejando las bolsas que él traía atrás de las que yo había traído.

- Claro -exclamé animada- es nuestra tradición,  ¿Lo olvidaste? -al preguntar eso una mueca triste apareció en mi cara. Sé que puede ser algo tonto, pero para mí significaba mucho.

- ¡Claro que no! - no me había dado cuenta de que había aguando la respiración hasta que solté todo el aire- Hey -se acercó a mí y me abrazó.

- Sabes, estoy muy cansada -comenté escondiendo mi cabeza en su pecho, olía tan bien.

- Te voy a preparar algo para comer -comentó dejándome en la cama, iba a responderle pero me interrumpió- algo ligero, sé que no te gusta comer pesado en la noche, junto con una pequeña sorpresa -me guiñó un ojo y salió del cuarto.

  Esperé unos segundos y empecé a caminar en puntillas hasta donde estaba mi mejor amigo. Hasta que sentí que me estaba haciendo encima. Salí corriendo al baño y ahí me di cuenta que solo había sido Andrés con una gran carga. ¡Hasta me había manchado el pantalón!

  Bue', Emma, no importa, respira profundo que todavía nos quedan toallas.

  Vaya error. ¡Ya no me quedaban más!

- ¡AYUDA! -grité y me deprimí. ¿Ahora qué hago? Quiero comer y dormir.

  Ay, pero ¿Y si engordo?

   Maldito Andrés, ¡A mí no me preocupa mi peso!

- ¡Emma! -eran las voces de mi mamá, Jem y de su mamá- ¡¿QUÉ PASÓ?! ¿ESTÁS BIEN? ¡James usa tu fuerza para algo útil, tira la puerta!

- Me quede sin toallas -comenté y empecé a sollozar.

- Ay, cariño -dijeron ambas madres con ternura-. Nosotras te traeremos, Jem, consuélala.

  Nuestras madres salieron corriendo del baño y yo seguía sollozando.

- Em -me tomó de la barbilla y lo miré a los ojos.

- ¿Estoy gorda? -pregunté con lágrimas en los ojos.

   Él rió y negó con la cabeza- Tienes mejor cuerpo que Bárbara Palvin, Cara Delevigne y Lily Collins juntas.

- Pero seguro que ellas no comen tanto como yo -repliqué.

- Pero igual tienes mejor cuerpo y belleza que ellas -sonrío seguro de lo que decía.

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora