Capítulo 6: Sorpresas, cumpleaños y regalos.

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James

  Recién me desperté me di cuenta de que mis brazos estaban rodeando la cintura de Emma y que ella tenía una pierna sobre las mías.

  No puede reprimir una sonrisa, estaba más que cómodo con Emma a mi lado, tranquila y con la respiración acompasada. Se veía tan linda, que me quede admirándola por un rato.

— No, duerme —le susurré acariciandole la mejilla cuando vi que se estaba por despertar, vi el reloj que estaba en su mesita de noche y eran las cinco de la mañana, todavía muy temprano para que cualquiera de los dos estuviera despierto.

  Con cuidado de no despertarla me levanté, le haría un desayuno especial y se lo traería a la cama.

   Al llegar a la cocina me di cuenta de lo buena actriz que Emma era. ¡Me había engañado!

— Sí que eres una buena actriz —admití y ella sonrió de lado.

— ¿Verdad? Esas clases de teatro en cuatro grado ayudaron mucho —se llevó un mechón de cabello hacia atrás, arrogante y reímos juntos.

   Emma había decorado la cocina con puras fotos nuestras y un gran cartel que decía "¡Felices 18, mundano!".  Sin duda lo hizo ella.

— Feliz cumple, Em.

— Feliz cumple, Jem.

  Nos dimos un largo abrazo que fue interrumpido por el rugido de la barriga de mi mejor amiga.

— ¿Tienes hambre? —ironicé.

— ¡Pfff... Para nada! —puso los ojos en blanco— ¡Claro que sí, no como hace como dos años!

— No pasaron si ocho horas —rodé los ojos—, exagerada ¡Auch! —¡Emma me había pegado en el hombro!— Salvaje.

— Te pegué suave —rodó los ojos.

   Susurré un "Lo que digas" y empecé a sacar los ingredientes para hacernos un desayuno. Me lavé y sequé las manos y de la nada Emma sacó varios pan cuadrados, queso crema y su mermelada favorita, de fresa. Es raro, a ella no le gustaban las fresas y aún así esa era su mermelada de fresa. Metió el pan en la tostadora con una pinza y se acercó a mí.

— Te ayudaré con las paquecas —se lavó las manos, prendió la cocina eléctrica y encima le puso un sartén que había sacado de un gabinete.

   Terminé de hacer la masa y se la pasé a Emma para que la pusiera a cocinar. Todavía no sé cómo hace para que las panquecas le salgan tan perfecta.

— ¿Sabes qué falta aquí? —se veía tan graciosa cuando arrugaba el entrecejo.

— Déjame adivinar —era más que obvio, Emma es la clase de persona que no podía hacer algo sin eso— Música.

— ¡Música! —gritó animada sacando su teléfono— pondré algo de mi hermoso Adam.

Y empezó a sonar "Never Gonna Leave This Bed" de Marron V, su banda favorita.

— ¡I'm never gonna leave this bed! —cantó en mi oído a la par del cantante principal y estallé en carcajadas.

— Esa es tu frase en las mañanas —reí y me miró mal— y todo el tiempo.

   No es que cantara mal, cantaba muy bien y tenía una voz muy linda.

  La tostadora sonó y empecé a preparar cuatro tostadas con los aderezos que Emma había sacado antes.

— Toma —le tendí dos y ella las tomó y las comió bailando al ritmo de "Sugar"— Tú segunda canción favorita.

— ¿Lo recordabas? —preguntó dejando de bailar y cantar para verme con una sonrisa.

Bajo el Mismo TechoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora