Paso una vez más el trozo de algodón por la herida en la ceja de Finn.
-Arg. -Vuelve a quejarse el chico con tan sólo rozarle.
-Cállate ya. –Suelto una carcajada. Finn me da un pequeño empujón por el hombre haciendo que me tambalease un poco de la silla de la enfermería en donde nos encontramos.
Finn está justo en frente de mí, sentado en una camilla.
En ese momento entra una enfermera con aspecto aburrido. Tiene el cabello pelirrojo y cara de cansancio.
-A ver jóvenes, ¿Que ha pasado? -Pregunta al ver a Finn con heridas ensangrentadas y fuertes golpes por toda la cara.
Lo miro esperando una respuesta por su parte, pero éste baja la mirada y se mantiene callado. Por lo que decido hablar por él.
-Ha tenido una pelea con otro chico. Es todo lo que yo sé.
Ella asiente y se limita a organizar una serie de medicamentos. Parece acostumbrada a este tipo de cosas.
-Bueno, creo que me tendría que ir ya. -Me despido dirigiéndome a la puerta.
-Gracias. -Casi no puedo entender lo que Finn acaba de decir de lo rápido que lo ha soltado. -¿Todo bien? Entre...nosotros. –Dice seguidamente casi en un susurro.
-Todo bien. –Respondo antes de salir de la enfermería.
En las sillas de al lado de la puerta me encuentro Hayley sentada.
-¿Que ha pasado? -Pregunta nada más verme.
-Nada, una pelea. -Intento quitarle importancia a lo sucedido.
-Te lo advertí.
-Por dios Hayley, no ha pasado nada.
-Pero pasará. Hazme caso, no te conviene estar a su lado. -Nada mas decirlo se da media vuelta y comienza a andar.
Pienso que Hayley es demasiado dramática. Para mi está exagerándolo todo demasiado.
-Rachel. –Oigo mi nombre a mi espalda. Me giro y me doy cuenta de que aquella voz procede de la mujer sentada en la mesa de la entrada.
Me acerco para ver que quiere.
-Ha llamado una chica preguntando por ti.
-¿Por mi? ¿Quién?
-Dijo que se llamaba Amy.
Me quedo paralizada. ¿Qué demonios querría?
-Si vuelve a llamar dile que no estoy aquí. -Dicho esto salgo prácticamente corriendo hacía el enorme jardín de fuera.
Me sienta en uno de los bancos de colores.
Amy...habían pasado casi dos años. ¿Que querría ahora? Teniendo en cuenta que ella era uno de los motivos por los que había acabado aquí no quería ni dirigirle una sola palabra.
Tras pasar un rato largo sumida en pensamientos y recuerdos me dirijo de nuevo dentro del edificio. Pregunto a Evelyn dónde se encuentra la sala de las terapias de grupo, esta vez no tengo a Finn para guiarme. Me lo indica y me dirijo hacia allí.
La sala no es exactamente como me la había imaginado. En lugar de una amplia habitación, parece más bien una clase. Tiene cuatro filas con seis pupitres cada una y una pizarra en frente de estos. Llego pronto por lo que puedo coger asiento en una mesa en la esquina derecha del fondo.
Siento que vuelvo a estar en el instituto, cuando intentaba apartarme de todo el mundo cogiendo el lugar más alejado para evitar ser vista.
Tras unos segundos la puerta se abre y entra un chico que parece más o menos de mi altura, lo que me resulta raro en un chico ya que yo soy más bien baja. Tiene el pelo corto de un tono negro azabache. Se acerca hacia donde yo estoy y se sienta en la mesa de al lado. Se sienta estirando las piernas y dejando caer su cuerpo de forma desganada.
-Que sepas que ese es mi sitio. -Dice sin ni siquiera mirarme a la cara.
-Pues la próxima vez pon un cartel con tu nombre.
Giró la cabeza en mi dirección, me miró durante unos segundos y volvió a fijar su mirada al frente.
Por fin notaba que alguien se comportaba como yo esperaba que lo hiciese todo el mundo en un lugar como este.
Iba a decirle algo pero la puerta se abrió y entró Peter con un café en la mano.
-Oh vaya. Hola chicos. Parece que tendremos que esperar un poco antes de que lleguen los demás. –Nos dijo mientras se sentaba en su mesa, la cual se encontraba en frente de todos los pupitres, justo delante de la pizarra. Como había dicho, esta sala era igual que un aula.
No tardaron en empezar a aparecer chicos y chicas sentándose silenciosamente en las sillas. Todos tenían la impresión de que no les gustaba mucho estar allí. No me refiero a estar en el psiquiátrico (que también) sino estar en esta habitación.
-Bueno chicos. –Empezó de pronto a hablar Peter y supuse que él ya debía de saber que estábamos todos los que teníamos que estar. –Como cada domingo, nos toca nuestro ejercicio de relajación.
¿Relajación?
-Exacto, Peter tiene obsesión en que respiremos. –No me había dado cuenta de que lo había dicho en voz alta hasta que el chico pelinegro de al lado me respondió. Lo mire y seguía con la mira puesta hacia al frente. Al menos él no me intimidaba con la mirada fija en mí, como hace Finn, y eso me gustaba.
-Bien. –Prosiguió Peter hablando. - La clave para la respiración profunda es respirar desde el abdomen, obteniendo todo el aire fresco posible para vuestros pulmones. Cuando respiras profundamente desde el abdomen, en lugar de respiraciones cortas desde tu parte superior del pecho, inhalas más oxígeno. Ya sabéis que cada vez que os sintáis estresados, solo tenéis que tomaros un minuto para disminuir la velocidad y respirar profundamente. Vamos a cerrar los ojos. –No lo hago porque sinceramente me parece una tontería. –Rachel y Nick, ojos cerrados. – Peter mira en mi dirección para luego mirar hacía el chico que tengo al lado y éste cierra los ojos, yo lo imito. – Primero, sentaos cómodamente con la espalda recta. Poned una mano en el pecho y la otra en el estómago. Ahora, inhalad por la nariz. La mano sobre el estómago debe levantarse, la mano en el pecho debe moverse muy poco. Exhalad por la boca, expulsando el aire tanto como podáis mientras contraéis los músculos abdominales.
Nos hace repetir el proceso varias veces y después otros cuantos ejercicios más de respiración. Cada uno me parece más absurdo que el anterior.
Cuando la sesión termina la gente sale casi corriendo de la habitación. Yo no me tomo mucha prisa, de todas formas no tengo nada que hacer. Puedo notar como Nick tampoco se toma demasiadas molestias en salir rápido. Sin embargo, no iba a mirarle directamente a la cara, no hasta que él no lo hiciese. Hasta ahora me limitaba a observarlo por el rabillo del ojo.
-Rachel. –Habló Peter. –Espero que te haya gustado la primera sesión en grupo que has experimentado. Nick puede decirte que no todas son tan aburridas, en las demás solemos pasárnoslo realmente bien, pero los domingos son para descansar. Si me disculpáis, debo irme. –Hizo un saludo con la mano y salió por la puerta.-¿Y bien? –Pregunté detrás del chico, al ver que él no estaba por la labor de hablar mucho, mientras nos dirigíamos a la puerta. -¿De verdad las otras son divertidas?
-Uy sí, divertidísimas. –Hasta un niño podría notar que no lo había dicho en serio. -Mañana lo descubrirás. –Y sin decir nada más echó a andar.
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¡HOLA A TODXS!
Siento no haber actualizado antes :((((((((
Espero que os esté gustando ♡
fw
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Rachel Parks
Teen FictionRachel y Finn se conocieron en circunstancias difíciles. Los dos tienen un oscuro pasado que solos no pueden superar. Aunque se nieguen, necesitan ayuda. Y no hay mejor ayuda que la de alguien que te entiende. Son una historia viviendo, una novela...