¿Asi qué tú eres Alex?

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-Uf, Alex.¿Podrías sacar tu culo del asiento? Ofrecí llevarte, no que durmieras en mi auto.

- Noh, princesa. -dijo con voz de drogado. O quizá de relajado

Maldije en voz baja. El solo sonrió con los ojos cerrados y se acomodó .

- Ya sé.

Sonreí como el gato de Alicia en el pais de las maravillas.

- Alex, tengo que confesarte algo.

El volteó la cara hacia mi, pero los ojos cerrados.

- Yo lo siento desde que te vi. Cuando tropezaste conmigo aquel día, me encantaste.

Abrio los ojos como platos.

- Yo tambien - dijo sonrojandose. Era adorable, como un niño menudo y mono sonriendo.

Oh no, se lo creyó. Este se lo creyó. Ya valí vergas.

- Tambien me gustas. - agachó la cabeza al suelo. Se veia como un chico adolecente, tímido. Lindo, supongo.

Sentí una explosion, no en mi vientre, sino en mi cara.

Nunca nunca nunca ningun chico me dijo que le gustaba. Nunca.

Es raro y... Epico.

Alex, el pelirrojo bonito, me pasó la mano po la cara. ¿Que pasa? ¿Y el beso de amor verdadero?

- Kate - ay, que sexy suena - despierta.

Y me despierto de la fantasía. Estuve dormida en mi ordenador y Alex tiene ojeras y Nathan lo acompaña a su lado.

Solo soñaba.