Perdónenme por las faltas ortográficas y la falta de espacio entre líneas, pero todo, todo, lo escribí en Word.
-Kate, ¿Te sientes bien? -pregunto mi casi-hermano Nathan.
Yo dije que no con la cabeza.
- ¿Quieres ir a casa? - preguntó el rubio, otra vez.
Asentí.
- Yo no puedo llevarte, debo ir a recoger a mi hermana menor en la preparatoria y se que tu casa esta algo lejos. - volteó la cabeza hacia Alex - ¿Podrías llevarla?
Nate puso su cara de niño bonito (la cual convence a todo el mundo) para que Alex acepte. Aunque este no tardo tanto en aceptar.
- Claro, aunque te advierto tengo cosas que comprar pasando por un 7-eleven y después llevárselas a mis hermanas. - dijo mirándome a mi, no a Nathan.
- Esta bien. Kate, ¿Vas a ir con él?
Yo cerre los ojos y asentí.
- Si, papá.- dije irónica y luego mire al otro lado- Gracias Alex.
- No problema.
Y paso el tiempo. Y yo tenia dolor en la frente. Y Alex, el tipo con el que soñé como una chica de preparatoria, me llevara a su casa y luego a la mía.
Soy híper-mega-suertuda. (Yes, I am)
El día paso lento. Mas lento que yo bañándome en una tina de burbujas mientras escucho "twinkle twinkle little star".
Seguía con dolor de cabeza, además, estaba irritada por alguien a mi costado.
Nathan me preguntaba cada cinco minutos (y una hora después de haberme intoxicado con pastillas para la migraña) si me sentía mal.
Tambien podía sentir que me observaban y me dio miedo. (Esta bien, esto no es cierto. Solo sentía que me observaban)
Hasta que Alex me llamó para irme con él. Debo admitir que pensé en HUIR con él, aunque reaccione como debería ser porque, bueno, era una fantasía idiota eso de huir.
Ni que fuéramos hijos de los Montesco y los Capuleto.
- ¿Sigues en este mundo, Kate?- dijo él algo preocupado.
Me lo imagino: La chica que esta a mi lado, que es mi amiga, no parece ser consciente de que la estoy llevando en mi auto para ir a la casa de mis hermanas y luego a la suya.
Así que, te perdono, Alex. Sé que soy un maldito desastre siendo una humana normal.
- ¿Kate?
- Si, estoy bien - dije con voz algo fría, como un robot.
Como Robocop.
- Parece que estas en estado vegetal, en serio. Ya me habías asustado.
- Estoy bien. - dije como conteste a su pregunta.
El me miro y frunció los labios. Los dos nos quedamos callados, lo único que se escuchaba era la música popular en este tiempo.
Y sabia que la peor canción para esta ocasión era: Beautiful, de One Direction.
Y todo lo que nos daba la vida nos dio un milagro. Por el destino, el ADN y Dios ya estábamos llegando al 7-Eleven, aunque nadie hablaba.
Aparcó el auto en un sitio vacio del estacionamiento, evitando que una anciana se pusiera en nuestro camino.
- ¿Quieres quedarte? - preguntó
- Ni lo pienses, amigo. Voy contigo.
Él asintió y me dio la mano como el buen caballero que es. O quizá porque le di pena.
Entramos y él sacó un cochecito de compras. Yo sólo caminaba junto a él.
Jabón, papel higiénico, toallas femeninas y mas chucherías que hacían nuestra vida mejor.
Igual no hablábamos.
Una chica que caminaba (y hablaba) con su mamá nos señalo.
- Entonces, si tener novio no es normal en mi edad, ¿Por qué esa chica tiene novio?
Alex y yo nos quedamos helados. Parecía como si al hielo se le pusiera en el antártico.
Me di cuenta porque lo dijo: los dos cogíamos al cochecito, de modo que parecía que intentábamos agarrarnos de las manos y que estábamos caminando muy, muy, muy juntos.
Y la chica se iba reclamando, hasta que Alex habló.
- Eso fue extraño.
- Ni me lo digas.- respondí.
La peor parte de estar en el desdichado 7-Eleven fue al momento de comprar las cosas.
Ahí, atrás nuestro, estaba la condenada adolecente y su madre.
Y nos tocó eso cuando la cajera pasaba por la maquina las toallas higiénicas femeninas.
- Desearía tener un novio que no se avergüence de comprar eso conmigo. -dijo como si Alex fuera un ángel. Su madre la calló.
Quizá si lo era. Quizá Alex era una angel que intentaba conseguir sus alas.
- Hubiera preferido quedarme en el auto. - dije sin pensarlo.
Y la cajera nos cobró, Alex pagó rápidamente y nos fuimos.
Puso las cosas en los asientos de atrás mientras yo me sentaba como copiloto.
Y como si Dios hubiera revertido su creación, se hizo el silencio.
Alex posiblemente no era un ángel, ya que habló sin respetar la orden de Dios.
- No me gusta que estés molesta conmigo.
Yo lo mire con los ojos abiertos. Y no pensé lo que dije.
- Seria una bendición que yo lograra algún día molestarme contigo. Eres un ángel y te quedarás asi para siempre.
No hablamos hasta llegar a su casa.
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¿Asi qué tú eres Alex?
Fanfic"Yo no sabia que era el creador de una serie, pero estoy feliz de ser una persona importante en su vida" Blanca Cabrera