Deivid Stiven, un joven inglés, residente en Italia, de piel negra y 12 años de edad, pelo rizo y negro,pequeños ojos marrones, nariz achatada y estatura alta, se encontraba en un avión de viaje a España para un intercambio, con su novia, Laura Agistini, mejor amigo, Ronaldo Ross y su fiel doberman, Rex, que se hallaba escondido en una pequeña maleta. Eran las 8:30a.m. Todo estaba en calma: La gran parte de los pasajeros finalizaban su jornada de descanso de la noche y se desperezaban mientras las azafatas repartían el desayuno.
- ¡Despierta dormilón que te vas a perder el desayuno! - decía Ronaldo agitandole el brazo a Deivid.
El joven entreabrió los ojos perezosamente y pudo distinguir la silueta de la cabeza de Ronaldo, que cada vez se veía con mas claridad.
Luego desbió la mirada de Ronaldo y la fijó en la ventana. Era lo primero que hacía siempre al despertar, mirar a través de la ventana. Desde ella se podía ver el ala derecha del avión, y, como todas las mañanas, divisaba el sol, que comenzaba a lucir sus amarillentos rayos, resplandeciendo en el cielo azul. Normalmente aquello le parecía lo más bonito del día durante su estancia en el avión y lo observaba sin perder detalle, estando ausente de la realidad, perdiendose en su mundo imaginario, pero aquella mañana deseó no haber visto a través de la ventana.

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El avión que nunca llegó
RandomDeivid Stiven es un niño de 12 años que viaja en un avión a España con su novia, su perro y su mejor amigo, pero el avión sufre un accidente de camino al destino, estrellandose en medio de la selva. Grandes aventuras y tristes momentos harán cambiar...