Capitulo 3: El Inicio de una Guerra Interminable

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Ahí estaba yo, en frente de la tumba de mi madre, en frente de aquel armatoste de madera que contenía el cadáver de mi madre.

Ese día enterrábamos a mi madre, después de que fue víctima de una de mis estupideces de adolescente hormonal, incomprendida y con poderes.

Ese día estaba acompañada de mi papá y mi hermana que ahora se encontraba en silla de ruedas.

Yo en ese momento me sentía impotente, veía con resentimiento y tristeza el ataúd de mi madre.

Si no hubiera usado mis poderes con irresponsabilidad, si tan solo no hubiera sido una imbecil y los hubiera usado mejor, esto no estaría pasando.

Yo no tendría que sufrir todos los días al ver a mi hermana en su silla de ruedas. No tendría que reconfortar a mi papá cada día para que iba sufriendo a su trabajo.

Pero metí la pata, fui una imbécil. Deje que esos imbéciles me usarán. Me deje llevar por mi maldita codicia y deje que me usarán de su amuleto de la suerte cada vez que había un maldito robo.

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Habíamos recibido el año nuevo fatal por la muerte de mi madre.

Ni siquiera estando escribiendo esto soy capaz de pensar que no soy digna ni de mencionarla por la atrocidad que le hice.

Estábamos a la mitad del mes de Enero. Eran las 6:30 de la tarde ese día. En el apartamento el ambiente se sentía triste, desolado, frío, vacío, sin vida.

Lo que naturalmente era mi cuarto animado, con luz y con alegría. Se convirtió en mi refugio asqueroso, tétrico y sin vida de mis penas.

Después del funeral de mi madre yo intente suicidarme en varias ocasiones.

La primera vez fue en el baño. Me empecé a cortar las manos, pero el problema es que automáticamente mi cuerpo vibraba para regenerarse.

Otro día intente tirarme por la ventana, pero mi maldita conciencia me hizo retroceder.

No podía aceptar en esos momentos que mi madre, la mujer que me dio la vida murió por mi culpa. Por haberme juntado con esos imbéciles. Por haber sido una imbécil en primer lugar.

Los otros días intente terminar mi vida de distintas formas, pero luego mi conciencia me recordaba que otra lápida más para mi familia no era la solución.

Incluso en esos momentos yo aun no podía superar el hecho de que mi madre murió por mi culpa. Se que suena muy repetitivo el que mencione mucho la Muerte de mi madre pero eso me marco mi vida para siempre. Fue un dolor insuperable ya que ella y yo éramos muy unidas. Mi mamá era una mujer con principios, era recta, pero era una mujer bondadosa, dulce, amable. Ella era mi mejor amiga incluso cuando crecí. Pero rompí toda esa unión cuando descubrí mis poderes.

En ese momento me encontraba deprimida viendo hacia mi ventana. Estaba tan deprimida que ni yo misma me comía lo que yo cocinaba. Es curioso, mi mamá fue la que me enseño a cocinar cuando yo era niña.

Después del funeral, yo empecé a ser la que se encargaba de hacer los quehaceres en la casa. Yo cocinaba para mi papa y mi hermana y limpiaba la casa. Entendí porque siempre mi mamá se quejaba cuando nosotros ensuciábamos algo.

En un momento en el que me encontraba recordando como influencio mi madre en mi vida, escuche un grito.

Me levante de mi cama y fui a ver que es lo que ocurría.

En un callejón que estaba en frente de mi casa, unos hombres habían agarrado a unas chicas de mi escuela. Estos hombres les habían quitado sus prendas íntimas debajo de la falda y estaban por violarlas. Yo miraba como las sometían a tal acto vil contra su cuerpo. La ira empezó a crecer en mi y mi mente empezó a mostrar imágenes en mi mente de la Muerte de mis padres. Eso incremento más mi ira.

La Muerte Fugaz: Orígenes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora