Bueno, después de ese incidente en el Muelle, empecé a pensar en un plan mas detallado para eliminar a esta infección que se estaba apoderando de Tokio.
Pero eso no quiere decir que yo solo me iba a dedicar a derrotar a los Yakuzas. No señor, también salvaba a las personas. Eso sí, para ese tiempo me sobraban excusas.
La primera vez que hice eso, fue cuando en una cuadra cercana a mi casa, se estaba incendiando una casa. Me puse mi traje y corrí hacia el incendio.
Cuando llegue, vi que el edificio que se quemaba era el apartamento del mejor amigo de mi hermana.
Recordé entonces que, durante la balacera en la que perdí a mi madre, el mejor amigo de mi hermana, Ryusei, y su madre, Kotaen, estaban en medio del Fuego cruzado.
Su mamá también murió en la balacera.Yo corrí a toda velocidad y llegue al piso que se estaba incendiando. Al llegar me di cuenta que era el piso de Ryusei. Al principio pensé que era algo irónico, pero cuando entre al cuarto de Ryusei, encontré que el chico estaba ya inconsciente y sin oxígeno. Yo lo cargue y lo lleve de frente a la ambulancia. Luego volví al lugar para ver que estuviera nadie mas. Vaya sorpresa encontré cuando vi que había más gente.
Los saque a todos uno por uno con mi velocidad, los jalaba del brazo o los cargaba para llevarlos.Si se lo preguntan, si, soy lo suficientemente rápida como para desviar 690 balas sin que me veas, pero aun no rompía la barrera de la luz o el sonido en ese tiempo.
Apenas termine de sacar a todos, regrese a mi casa. Lamentaría el no haberme fijado en como terminaron todos a los que saque del incendio.
Yo aun seguía en la casa, ocupandome de las cosas en la casa. Empecé a entender, porque mi mamá siempre peleaba con mi papa por dejar sus cosas tiradas.
En esos días, yo estaba con otro permiso escolar. Mi papa me salvo el pellejo para que no reprobara, mintiendole al director que yo y mi familia habíamos salido de Tokio para seguir haciendo más pruebas para asegurar mi salud corporal después de la explosión en el Acelerador de Taquiones.
El director le dio el permiso, pero con la condición de que realizara tareas especiales para que mi promedio no se viese afectado. Estas tareas me las mandaban por correo.
Mientras hacia mi tarea, me dedicaba a cuidar de mi casa y de mi familia. Claro está que tenía que regresar al colegio en algún momento.Cuando yo llegue a mi casa, me quite el traje (dahh que obvio), lo guarde y me dedique a limpiar la casa.
Claro está que use mi velocidad para eso. Al terminar, empecé a cocinar para cuando llegara mi hermana y mi papa.Yo aun me sentía miserable cada vez que veía a mi hermana en esa silla de ruedas. Me dolía, porque yo cause que ella perdiera las piernas. Cada vez que hacía mis actividades como la vigilante que era, siempre pensaba que debía ser más rápida para que pudiera impedir situaciones como las que vivió mi hermana. Cada vez que la veía, sentía impotencia, ganas de que la tierra me tragara. Yo no merecia estos poderes, siempre me decía eso.
Cuando termine de cocinar, oí que alguien entraba. Había llegado primero mi hermana.
Miko siempre se caracterizaba por ser alegre, juguetona, traviesa (en más de un sentido) y muy sociable. Pero eso cambio después de la balacera.
Ella se volvió algo cerrada, tenía siempre su semblante triste y ya no tenía esa sobra de energía que antes tenía. Consiguió nuevos amigos, si. Pero eso no le quitaba esa actitud.Y yo la comprendía, no es fácil superar la muerte de tu madre y quedarte paralítica al mismo tiempo.
Ella entro gracias a un control que tenía en su silla.
Yo: Okaneri Miko-onisan
Miko: Okaneri Hatsumi-onichan
Yo: ¿Que tal te ha ido en el colegio?
ESTÁS LEYENDO
La Muerte Fugaz: Orígenes
Ciencia FicciónEste es el origen de una joven anti-heroina que por aprovecharse con su poder de su prójimo recibió un castigo y busca redimirse de sus actos. Espero les guste esta historia nueva que estoy escribiendo. Es la primera historia que voy a publicar y tr...