I Hate You.

Capítulo 8: Él es mi primo.

*suena el timbre*

-Hola, ¿quién eres?.-me preguntó un joven que jamás había visto en la vida.

-Hola, soy Sky la mejor amiga de Yoli, ella me llamó.-dije mientras lo miraba.

-Ah, disculpa, pasa y toma asiento.-dijo el joven.

Me senté en el sofá de la sala y espere a que Yoli bajará.

-Sky, por fin, pensé que nunca llegarías.-dijo Yoli mientras corría a abrazarme.

-Ahora sí, me podrías explicar qué es lo que pasa.-dije mirándola a los ojos.

-Claro Sky, lo qué pasa es que te quería presentar a alguien, él es mi primo "Dylan Smith".-dijo mientras lo señalaba.

Ese chico con ojos azules, cabello castaño, perfecta sonrisa, tés blanca, ese joven que me abrió la puerta, era su primo.

-¿Hola?, ¿sigues allí?.-me preguntó Yoli mientras pasaba sus manos por mis ojos.

-¿É... él es tu primo?.-dije tartamudeando.

-JAJAJA, claro que sí Sky, para eso te llamé.-dijo Yoli con una risa burlona.

Los tres nos sentamos a platicar sobre cada uno, para conocernos mejor, le conté a Dylan sobre mis siete años en los Los Ángeles, no quería recordar mi pasado, así que lo omití.

Al llegar a casa, los amigos de Alex ya se habían ido, pero mis padres y ella estaban esperándome en la sala.

-¡Por fin llegas!, ¿quién te dio permiso de salir?, debías ayudar a tu hermana.-dijo mi madre furiosa.

-Sky, ¿por qué sales de la casa sin permiso?.-dijo mi padre.

-Mamá te pedí permiso, no me lo diste, lo sé pero no me iba a quedar para ser la sirvienta de mi hermana, también tengo amigos.-les dije y me fui a mi habitación.

-¡Estas castigada!.-gritó mi madre.

A mi no me importaba estar castigada, mi cabeza sólo pensaba en Dylan, el primo de Yoli. ¡Por Dios es hermoso!.-me susurré mientras daba vueltas en mi habitación.

+Al día siguiente+

Día de inicio de clases, estaba súper angustiada para saber los resultados de los grupos.

Cuando llegó Yoli comenzamos a ver las listas, en una de ellas apareció mi nombre, continuamos buscando el nombre de Yoli, y lo encontramos, las dos habíamos quedado otra vez juntas, era algo extraordinario, pero hubo una sorpresa...