Capìtulo 4

3 1 0
                                    

-Bueno, hay que conocernos y ponernos al tanto-me dijo Tory con una gran sonrisa y me arrastró ante la mesa que estaba llena de cosas saladas y dulces, rico.

-¿Edad?-me dijo para comenzar.

-Catorce-dije normalmente y me eché un chocolate a la boca.

-Genial-gritó, casi se me sale el chocolate del susto-yo igual tengo catorce-me dijo más calmada.

-Oye-le dije antes de que me volviera a preguntar otra estupidez-ese chico ¿Simón? Te quedo mirando.

-Enserio-se le notaba el sonrojo en sus mejillas claras y pálidas, tenìa la piel como papel, era igual a mí.

-Sip-dije mientras sacaba una fritura.

-Es que...-de seguro me buscaba una excusa.

-Cala, es normal que le gustes-la miré-y él a ti.

-El... el-empezó a tartamudear como los chicos que me invitaban algo, lo odiaba-él no me gusta-dijo por fin.

-Lo que tú digas-dije mientras miraba mi bebida.

Hablamos y nos pusimos al tanto de esos chicos, al parecer Kaian era muy egocéntrico, Dimitri muy romántico y Bairon tierno pero inseguro, no le conté mi sueño a Tory, por más que fuera mi hermana no la conocía ni nada de eso, pero me di cuenta de que faltaba una frase, Acepta que te mueres por darme un beso.

-¿De dónde vienes?-preguntó arreglándose la chaqueta.

-Texas ¿y tú?

-Inglaterra-le echo una mirada a mi polera y sonrió.

-Y qué es eso de los niños hijos de Dioses-le dije.

-Verás, cuando un Dios tiene un hijo o hija este es enviado a la tierra cuando deje de amantar y cuando los Dioses crean que esta lista o listo los traen.-me impresiono y me enfado al mismo tiempo.

-Y los niños no tienen derecho a saber, es sólo algo de "Hey eres semidiosa ven vamos al olimpo a conocer a tus padres y un montón de personas como tú con un chef loco en tu casa"

-Creo que si-dijo riendo por lo que había dicho.

Seguimos conversando de ese tema.

-¿Y aún faltan chicos o chicas por llegar?-le pregunté.

-Nose, a nosotros nos avisan cuando llegan y estamos en la obligación de ir, conocerlos y presentarnos, como verás no a todos nos agrada eso a Flavia menos que a nadie-dijo riendo.

-¿Enserio es hija de Afrodita?

-Sí, no se parecen en nada, sólo que a ella igual le gusta jugar con los sentimientos de los demás-recordé que Afrodita es la Diosa del amor y le encanta jugar con este- de seguro papá y mamá le están advirtiendo que no se meta con los tuyos-me dijo riendo, esta chica era muy risueña, quizás se había dado un golpe en la cabeza.

Luego de que habláramos otro poco se escuchó el relinchido y unas llamas pasaron por fuera de la ventana.

-Es papá-dijo sin prestar mucha atención como yo debía de estar acostumbrada.

Poco después se escuchó la puerta y Perséfone con Afrodita entraron en la sala.

-Veo que despertaste dormilona ¿conociste a los chicos?-me dijo Perséfone luego de saludar a Tory.

-Sí, hay una en excepcional que es muy simpática-dije sarcásticamente y Afrodita serio.

-Creo saber de quién se trata-dijo Perséfone.

-Como lo siento, es así-se disculpó Afrodita.

-No hay cuidado-dije.

-¿Y papá?-dijo Tory, me pregunté como le decía papa, no sé si algún día le diría así.

-Sabes que no le gusta cuando viene Afrodita, dice que es muy habladora-Afrodita hiso una mueca ante el comentario de Perséfone.

-Eres muy bella, perfecta para el agrado de un chico de por aquí, o dos, otres-dijo mirándome, Tory me cogió la mano como si estuviera en peligro.

-No juegues con mi hija Afrodita, con ninguna de las dos-dijo Hades apareciendo.

-Yo...-dijo en un tono de ofensa falso-jamàs haría algo como eso con una chiquita como ella, aunque no me sorprenderìa que ya se hubieran enamorado de este bello rostro Hades-me tocò la mejilla de el rostro pero lo apartè violentamente-calma que no merdo-dijo entre risas.

-Escucha "Diosa del amor" no juegen conmigo, no te conviene, ni a tì ni a nadie ¿claro?-le dije furiosa, no me gustaba que manipularan mis sentimientos por diversión.

-Hay que violenta chiquita, aunque no te conviene amenazarme.

-Y ati no te conviene jugar conmigo, o con esta familia-le sostuve la mirada.

-Bueno Arodita, vamos a buscar tus vestidos-dijo Persèfone colocándose en el medio y arrasándola a una puerta y luego la cerrò.

-Muy bien hija, me gusta que me apoyes-dijo Hades, yo reì sarcásticamente y me acerquè a èl.

-Sòlo defendí mis sentimientos, mi dignidad y mi vulnerabilidad-le dije y luego me fui, ya me había aprendido el camino a mi alcoba.


Juliane.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora