Capitulo 5

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-Juliane-me dijo Persèfone entrando-Ares desea verte-siguiò.

-¿Ares?-dije sorprendida-dios de armas y guerra-me recordè a mi misma-¿que ha pasado?-dije al verme recostada en mi cama.

-Pues...te has quedado dormida, me he encargado de dejarte sobre tu cama, estabas en el suelo.

-Siempre me pasa-dije recordando la ùltima vez que me habìa ocurrido, fue el dìa de mi ùltima cena con mi madre, al parecer Persèfone noto que la recordaba.

-Basta Juliane-me reclamò-ella no es tu madre, yo lo soy-me gritò esta vez.

-Tu no eres mi madre-le espetè entre dientes-tu no me criaste, tu no me diste tu amor durante toda mi vida-dije, notè como su autoestima bajaba, pero ¿que me importaba a mi?, ella me dejò sola por mi vida entera, no me dio una sola visita, ella no me tiene ese amor de madre que deberìa tener-tu nunca fuiste por mì, nunca tuviste alguna clase de contacto conmigo, nunca me ayudaste a mi o a mi familia, nunca fuiste la madre que yo merecìa.

-¿Que querìas que hiciera?, arriesgarme a bajar para tener contacto contigo y morir.

-Mi madre lo hubiera hecho-dije para remate, ella solo se fue y cerrò con un portazo.

-Ares te espera en media hora, sera mejor que te arregles-escuche que dijo del otro extremo de la puerta.

   Lo ùnico que hice fue levantarme, tomar unos jeans negros y  una blusa blanca, tambièn me  puse botines. Me pasè una cepillada por el cabello y bajè las escaleras.

-Hola Tori-dije al verla sentada, estaba roja de furia-¿que te ocurre?

-¿Que que me ocurre?-dijo irónicamente para reírse irónicamente también-ocurre que te puedo tolerar cualquier cosa Juliane, que seas frìa y antipàtica, que te metas conmigo si quieres, pero si te metes con mis amigos o familia, te juro que eso no lo aguanto-dijo y todo comenzo a encajar-he escuchado todo, escuche que le dijiste a mi madre, ella no podìa subir, es prisionera Juliane, y cuando subia no se podìa acercar a ti ¿sabes porque?

-No-dije con cierto arrepentimiento.

-Porque si ella hablaba contigo o conmigo, no podìamos bajar aquì, no hubieramos podido pasar el resto de nuestras  vidas aquì tan solo porque ella nos dijera un simple hola Juliane.

-Yo...yo no lo sabìa.

-Pues no hables si no sabes Juliane, enserio pensè que eras diferente-dijo bajando su tono-que etupidez-dijo volviendo a gritar y se fue.

  Trate de seguirla y de disculparme con Persèfone al mismo tiempo, aunque se que no podrè hacer ambas cosas al mismo tiempo, tengo que ordenarme, esto es difìcil.

-Señorita Juliane, su hermana le espera en el carro del dios Ares-me anunciò un cadaver, esto es escalofriante pero cool.

-Gracias-dije-¿podrìas llevarme hacia ellos?-suplique al recordar que ni muerta se el camino.

-Claro.

 Por lo visto lo primero que harè serà disculparme con mi hermana, aunque deberìa de ser lo segundo, sera lo primero.

-Tori-dije con la cabeza apuntando al suelo-como lo siento.

-No te disculpes conmigo-bufò, se le nota que aùn esta enfadada.

-Solo quiero que...te acostumbres a tener una nueva familia, entiende que ella se siente mal, ella no es como Hades, Persèfone tiene sentimientos y uno de ellos es el dolor y instinto maternal.

-Esque me doliò cuando me dijo que ella era mi madre, vino de golpe y me doliò.

-Sè que duele, pero te vas dando cuenta de que ella es una madre de verdad, solo es cosa de entenderla Juliane, cosa que tu no haces.
-Vale como lo siento...luego me disculpare con ella.
 
El resto del camino fue en un silencio total.
Me asuste cuando el carro dio unos movimientos bruscos y reconoci la ciudad de las Vegas, no porque hubiera estado alli algun dia, sino porque hay un cartel que dice Las Vegas.
Eh que se supone que vamos donde Ares—bufe al  conductor, Tori se limito a reir.
—Ares vive por aqui, no vive en el olimpo.
—Oh—susurre, eso no lo sabia.
  Volvi a fijarme en el paisaje, vi una montaña enorme.
—Eh señor ¿quiere matarnos?—volvi a protestar pero Tori no explico esta vez, el carro no dejaba de avanzar hacia la montaña—señor, vamos dejese de juegos—esta vez estoy un poco mas asustada.
Mas movimiento brusco y atravesamos la montaña para encontrar un castillo enorme,dentro de la montaña.
—¿Como?—pregunte a Tori.
—La montaña es una alucinacion que los humanos pueden tocar, pero con palabras magicas puedes atravesarla.
—¿Palabras magicas?, ¿Abrete Sesamo?.
—No—rio—Ares dios de la guerra, venimos ante ti.
Woow, esto es mas divertido de lo que he llegado a pensar.
El carruaje aterrizo y yo baje junto a Tori, el castillo es medio medieval pero con buen gusto.
—Eh, que vengas—gruño Tori y yo corri para alcanzarla.
Entramos y vimos una enorme sala de estar, en un sillon se encuentra un caballero con pelo negro largo y ondulado,tiene puesta una armadura de oro y plata, sus ojos son de color verde oscuro.
—Al fin, crei que no llegarian nunca—rio Ares.
Tori se le acerco.
—Ares—saludo cordialmente.
Ares le beso la mano y luego me miro.
—Supongo que has de ser Juliane—me observo de arriba hacia abajo.
—Supone bien—dije luego de recuperar el aliento, si todos los dioses son haci de sexis no creo que pueda seguir cuerda.
—Exelente, Tori, me han dicho que nesesitas un nuevo caballo de guerra.
—Pues si, el ultimo ha fallado y caido en un alma, se ha vuelto loco—contesto Tori con naturalidad, supuse que esta acostumbrada a ir y pedir nuevos caballos.
—Entiendo, ve al establo y elige un caballo que te dure mas de cinco dias por favor.
  Tori ni se molesto en dejarme sola con Ares, que mala hermana me ha tocado a mi.
—Ven Juliane, sientate—me invito y obedeci ya que sono mas como una orden.
—Supongo que nesesitas algo importante como para pedirmelo a mi.
—Pues...eres inteligente y directa como tu padre—rio, pero yo solo levante las cejas en forma de disgusto—Hades—se corrigio pero segui sin reir.
—Dime ya que quieres—gruñi.
—Veras...hace una semana mi hijo, Kaian ha cumplido años.
—Pues felicidades, me temo que no le he visto en la apestosa bienvenida.
—Si em...aun no lo he reclamado.
—Pues tu problema, ¿como encajo yo en todo esto?
—Veras em...quiero que tu vayas y lo traigas.
Comence a reir.
—Tu estas mas chiflado que todos los chiflados de la tierra—afirme.
—Escucha Juliane, quiero que ambos se adapten a esto juntos, como ambos sois novatos.
—Vale entiendo pero no, no quiero volver a la tierra.
—Ambos sabemos que si, Juliane.
  Un escalofrio me recorrio, el tiene razon.
—¿Donde vive?
—Washintong D.C.
—Pues bien, ¿cuando voy?
—Ahora mismo—mostro una sonrisa divertida.
—Pero si yo he llegado hoy.
—Ya me he atrasado bastante.
—No es mi problema.
—Solo ve, esta en el instituto, te dejare en las puertas con una foto de el, cuando quieran volver solo di las palabras.
—¿Las palabras?
—Que se abran las puertas del olimpo casa de Ares.
—Ares esto es injusto,  enserio no ire hoy... —empece a reclamar.
  En un dos por tres senti un viento revolverme el cabello,  parpadee varias veces para ver que en frente mio hay un instituto enorme, en mis manos traigo una foto.
  Un chico de cabello negro y ojos cafes, piel blanca como una lamina de papel y uno que otro lunar en el rostro.
—Maldito tramposo—bufe para mis adentros.
  Iba a dar media vuelta y decir las malditas palabras pero en ese instante un grupo de chicos se me acerco por detras.
—Hola hermosa—dijo uno.
Todos traen chaquetas deportivas por lo que supongo son de algun equipo deportivo, como traen unos bastones supongo que son de Lacrosse.
  Los recorri a todos con la mirada y me detuve en uno, genial, fue mas facil de lo que crei.
—¿Como te llamas?—le pregunte directamente.
  Todos silbaron y el esbozo una sonrisa.
—Dime Kaian—dijo dando una sonrisa seductora, genial, estan pensando mal de toda esta incomoda situacion.
—Te advertimos que tiene novia y es muy celosa, en cambio este chico esta soltero, para ti—se alago el que me habia dicho hermosa.
  Rodee los ojos y volvi a concentrarme en Kaian.
—Necesito que me acompañes—dije con cansancio.
—¿Para que?—dijo.
—Hazlo y veras—lo invite.
  Sin esperar respuesta comence a caminar hacia un lugar donde no hubiera gente, no quiero que vean como dos chicos desaparecen y ya.
   Encontre un callejon y me adentre en el.
—Aqui me tienes—lo escuche decir en mi oido.
Me di vuelta rapidamente y le tome la mano.
—Se que te va a parecer bastante confuso,  pero le pides luego a tu padre que te explique—le adverti.
El me miro extrañado y luego nuestras manos.
—Que se abran las puertas del olimpo casa de Ares—dije  cerrando mis ojos.
  No hubo tornado como ocurrio conmigo, solo aparecimos de la nada en el olimpo supongo.

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2017 ⏰

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