Acariñe con cuidado a mi gato Wilson, que gustoso se echó en mis piernas para que rascara su regordeta barriga. Zack había llamado en la mañana, mencionando que tenía una comida importante con el entrenador y el resto del equipo; no tome mucha importancia a aquello, sólo dije que sí, que iría a casa de mi madre Bente sólo para asegurarme que estuviera bien. A veces me daba muy igual lo que hiciese, no era de estar a su lado como las típicas novietas de ahora. Prefería pasar toda la tarde en mi alcoba, imprimiendo las fotos sacadas, admirando la belleza pintada en estas.
Miguel en todo su esplendor, Miguel sonriendo, Miguel corriendo, Miguel comiendo, Miguel, Miguel, Miguel. Aquellas fotos mostraban aspectos del hombre que me tenía embobado, loco en todos los sentidos. Me hociqué en la almohada, suspirando con cansancio. Remanente no tenía nada que hacer o que quisiera hacer, la cámara estaba puesta cómodamente en el buró de aún lado del colchón, mirando en dirección de la ventanita.
Me acomode mejor en la cama, sacudiendo las almohadas y revoloteando las pestañas; el día era jodidamente hermoso como para quedarme en cama. Me levanté con pereza y despabile estirando mis brazos. Tome una camiseta, junto con unos jeans ajustados de las piernas, peine mis cabellos castaños con rapidez. En mi mochila rebusqué el tirante largo para sostener la cámara <<Dikon>> en mi cuello, y al encontrarla, la sujete a mi más preciado tesoro, colocándola en mi cuello. Ahora sí estaba listo.
Salir y pasear en las calles de Madrid España, era cómodo, pues el aire despejaba un poco el sofocador humo de los autos, pasando por desapercibido en segundos. Las personas iban más contentas, más platicádoras y hasta algunas veces, esperabas el formal <<Buenos días>> de algunos ejecutivos en traje. Por lo general a la gente muestra rostros cansados, somnolientos, hartos, pero ahora sólo veía sonrisa a cada paso que mis pies daban en el asfalto.
Tampoco era fan de tomar café, mucho menos de entrar a un <<Starbucks>> pero las primeras veces se dan en cualquier momento, así que entre a uno de los locales de dicha marca. Fue entonces que mi olfato detectó el delicioso aroma del café de grano, el gran antojo floreció en mi estómago. Avance hasta estar frente al mostrador, donde una bella chica de cabellos dorados atendía a un joven pelinegro con educación.
Me acerqué con una sonrisa alegre, pero en cuanto estuve lo suficiente cerca, un olor conocido inundo mi sentido olfativo, la loción irreconocible del hombre de mis sueños, tanto húmedos como sentimentales. Su vista cayó en mí y una sonrisa esbozó con parsimonia de sus labios, sostenía el vaso de hielo seco en la mano. Sonreí inconscientemente, dando otro paso para estar más cerca, todo sin pensar muy bien mis movimientos.
—Oh, Rubén..., no esperaba verte aquí—mencionó él, con esa misma sonrisa pintando sus carnosos labios. Tragué saliva, comenzando a temblar por los nervios, sólo a mí me pasaba esto.
—Un pequeño antojo nada más, no tenía mucho que hacer en el departamento—le sigo hasta la mesa del fondo, su cuello está cubierto por una bufanda delgada pero muy abrigadora. Me pregunté el porqué yo no había cogido un suéter, que realmente hacía frío y apenas lo notaba. Sus ojos oscuros detrás del lente de sus anteojos se conectaron con los míos.
—Hostia, ¿Aburrido? Ya sabía yo que tenía que llamarte para quedar, como siempre estas con mi hijo, no quería ser plasta, ya sabes —comenta, toma un ligero sorbo de café y vuelve sus ojos a mí. —Perdón mi atrevimiento, pero te vez muy bien hoy. —admite.
Mis mejillas se coloraron a tal manera que sentí mis piernas temblar más fuerte que lo normal. ¿Acaso este hombre quería matarme? No lo sabía. Después de unos minutos de mirarme, giró su rostro a la salida, perdiéndose entre las personas que entraban o pasaban frente al local. Yo realmente ya no sabía que comentar, me sentía ido ante tal belleza que desprendía; tomando con parsimonia su bebida, concentrando su mente en otra cosa, mirando su perfil fino acareado a otro lado. Esto era vida, al menos para mí.
— humm... Señor Rogel, ¿Le gustaría comer en casa conmigo? Hoy estaré sólo y realmente se...
—Me encantaría. —interrumpió, fijando su vista a la mía. Sonreí e hice un baile de festejo en mi mente, mientras ambos nos levantamos y salíamos del lugar.
Lo siento por tardar tanto, tengo muchas cosas que hacer en mi vida D:

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Colors ;Rubelangel
FanfictionDonde Rubén tiene un Crush con el padre de su novio. Portada by: @Fuckness