Final

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Sans se fue a dar un baño, por lo que aproveché a engañar a Papyrus para que me lleve al jardín de flores parlantes. Al igual que su hermano, Papyrus me dijo que ese jardín está cerrado, aunque desconoce la razón. Y, además, que su hermano no le permite sacarme de casa.

Me siento un poco mal, le respondí que necesitaba con urgencia tomar algo de aire. Él, ingenuamente, aceptó mi pedido.

Al llegar al jardín, el cual debimos traspasar las vallas de alambre, nos sentamos en el medio del lugar. Papyrus se quedó mirando al cielo, y yo escuchando algunas frases.

«Qué flores tan bonitas».

«Quisiera pedirte matrimonio».

«Sueño con terminar mi carrera».

«Algún día viajaré hacia allí».

Sans siempre me ha alejado de este lugar, como si hubiese algo malo. Yo no lo entiendo, aquí solo hay frases dichas por personas en cualquier tipo de contexto.

¿Por qué habrán cerrado este lugar?

Al cabo de diez minutos, Papyrus tomó mi mano y me llevó apresuradamente en dirección a casa. Seguro es que se preocupó por la reacción que daría su hermano. Por mi parte, no terminé de escuchar las flores que se encuentran en el fondo. Y no creo que las pueda llegar a escuchar en un largo par de años...

Ugh, me siento decaída. Que raro. Ya se me va a pasar.

«Frisk... ¿Q-Qué has hecho

«Tu sonrisa me da miedo».

«¿Por qué estás tan feliz? ¡Acabas de asesinar a Toriel

«Frisk, no des un paso adelante».

«¿Frisk? No... No eres Frisk. Lo siento».

Happiness. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora