Through The Darkness » Larry Stylinson » Niam

||Treinta y Cuatro||

Harry giro sobre sus talones suavemente, su mirada verdosa cayó sobre la de Louis. Este estaba con lágrimas en sus mejillas, estas estaban rojas junto a su nariz por el llano. Parecía tener dificultades para respirar. Harry quiso acercarse pero este se alejó negando.

—¿Fuiste tu con quien siempre estuve? — Harry quiso negar pero solo puedo mover un poco su cabeza vacilando al negar — ¿Fuiste tu, cierto?

—Lou déjame explicarte, no son las cosas como crees — suplicó acercando su cuerpo al de Louis pero este volvió a alejarse vacilando

Liam se alejó para empezar a llamar Niall, era mejor que tuviera preparado con el helado, chocolates y películas, también muchas servilletas para limpiar el rostro de su amigo. No le dio tiempo de explicarle a Niall cuando oyó a Louis.

—No necesitó ninguna explicación, todo es más claro que el agua

—Nada esta claro, ángel. Yo quería decirte, quise estar junto a ti siendo Harry no el simple e insignificante chico misterioso

—¡Eras mi chico misterioso!¡Te quería!

—¿Me querías? — pregunto con un ligero temblor de miedo en su voz, no quería escuchar Louis ya no lo quiere porque el no quiere a Louis, él necesita a Louis

—Si, pensé que lo hacía Harry — dijo su nombre de forma molesta, su cabeza latía. Louis estaba seguro que todo eran mentiras, no quería ni debía decirle a Harry cuanto aún lo quería — me engañaste

—No lo hice. Quería que fuera Harry quien besara tus labios frente a todos no el chico misterioso el que lo hiciera en medio de la oscuridad

—¡No me mientas, me lastimas! — Louis golpeo con la fuerza que tenía el pecho de Harry, quería liberar el enojo y el dolor con el causante de el mismo. Harry quería abrazarlo, decirle al oído que nunca ha mentido que lo que siente por el es igual de real que el día, o la noche. Besar sus labios que estaban rojos por las mordidas para contener su enojo — quiero que me digas la verdad

—Esa es la verdad, ángel

—No es la verdad. Jugaste conmigo, mientras yo te entregaba mi corazón poco a poco, tu te reías con tus amigos. ¡Yo estaba enamorado de ti Harry! — golpeó el pecho nuevamente de Harry, su respiración entrecortada por los sollozos lastimeros y sus ojos empañados por las gordas lágrimas en ellos — ¿no te basto con verme detrás de ti?¿no tuviste suficiente diversión cuando te conté sobre la violación de mi padre?

—Yo nunca, nunca te mentí. Mis sentimientos son reales, mis explicaciones también, por favor créeme

Louis lo ignoro y estaba le golpeó la cara con una cachetada haciendo que Harry suelte un jadeo de sorpresa al sentir la palma impactar contra su mejilla. Louis quiero pedirle disculpas, quiso besar su mejilla hasta que aliviará el dolor y lo rojizo de ella. Harry pudo mirar a Louis con el ceño fruncido, nunca nadie le había pegado una cachetada pero se lo merecía, al fin y al cabo fue un idiota con Louis.

—Perdón, ángel — susurró Harry sobando la mejilla roja por la palma de Louis

—¡Tu perdón no arregla nada, no repara mi corazón, tampoco me sirve! — Louis empezó a golpear el pecho de Harry, nuevamente. A Harry eso no le dolía quería sonreír porque Louis enojado era tierno pero no era una situación adecuada. Cansado de recibir puñetazos de Louis en su pecho agarró fuertemente las mejillas del chico — ¡suéltame!

Harry estampo de forma brusca y hambrienta sus labios contra la del castaño. Este forcejeo contra Harry pero no podía, Harry era mas fuerte que el no podría alejarse aunque quisiera, y eso no era lo que quería. Sus labios estaban tiesos contra los de Harry que se movían, de un momento a otro Harry mordió el labio de Louis haciendo que empiece a corresponder. Se sentía tan bien, se sentía correspondido, se sentía correcto pero aún estaba dolido. Enroscó sus brazos alrededor del cuello del rizado pegando sus cuerpos, ese ultimo cepillo con su lengua el labio inferior de Louis ganándose un pequeño jadeo del castaño. El beso paso de ser brusco, hambriento a uno delicado, suave y lleno de un amor no dicho. Louis quiso alejarse pero Harry agarró fuertemente las mejillas del castaño evitando la huida de este.