||Doce||

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Para desgracia de Louis la semana en la escuela había acabado y había llegado el fin de semana. En un par de horas su padre va a llegar, su madre le aconsejo que se mantuviera callado, calmado y que no lo hiciera enojar más. Louis había terminado de empacar algunas pocas cosas para su fin de semana con su padre, estaba temblando de miedo. Su padre era grosero y malo de buen humor, no quería saber como era de mal humor. De seguro no se libraría de una buena golpiza, y unos insultos.

—Cuídate, no le pongas presión a tu padre. Ya sabes cómo es — aconsejó su madre en tono maternal — cuídate mucho, bebe

—Si, mami — prometio con la voz algo rota, no quiere irse de casa de su mama

—Si ese pedazo de imbecil al que llamas padre te hace algo,  me avisas —  Leo advierte dándole un abrazo — Te quiero, bebe Lou

—Esta bien, yo también Leo

Se oye el claxon del padre Louis y este se limpia las lágrimas que rodaron por sus mejillas sin su permiso. Sus manos temblaban y lo hicieron aún mas cuando se encontró frente a la puerta del auto de su padre. Miedo no podía describir lo que sentía Louis en este momento. Su cuerpo estaba bastante tembloroso y sus manos sudaban. Sabía que su padre no era un hombre de fiar pero por ahora debía confiar en el destino y esperar que este no le haga algo malo.

—Entra ya — ordenó con asco — nos vemos Johanna, Leo — se despidió con una sonrisa falsa, es obvio que su hermano y madre saben de algunos tratos que su padre le hace pero no están enterados de todos y eso lo hacía temblar más — te digo desde ahora Louis que estoy bastante enojado así que tu mantén tu boca chupa pollas cerradas, ¿bien?

—Bien

Su padre le dio una mirada fría y llena de odio que lo hizo temblar más queriendo hundirse en el asiento. El trato que su padre le daba le dolía, apesar de ser un grandísimo imbecil era su padre y lo amaba, aunque este solo sintiera asco, odio y decepción hacia su único hijo varón. Leo es solo su hijo de crianza, Leo es hijo de unos de los abogados más prestigiosos de Estados Unidos.

—Bájate, cuidado con hablarle a Lottie. Sabes que no te quiero cerca de ella — advirtió molesto — odiaría que le pegaras tus inclinaciones pervertidas

—Nunca le he hablado a Lottie

—Para ti, asqueroso, es Charlotte — Louis asintió cerrando fuertemente sus ojos para no soltar ninguna lágrima

Su padre rodeo el auto abriendo su puerta para agarrarlo fuertemente del antebrazo, quizás ahí permanecerá una marca bastante morada para su gusto. No chillo, no se quejo ni tampoco protesto para soltarse, este tipo de bienvenida se la esperaba. Siempre ha sido así, mientras el intenta hacer sentir a su padre orgulloso este busca cualquier medio para hacerlo llorar, o para lastimarlo físicamente. Entraron a la gran mansión de su padre y Louis bajo la cabeza como su padre había ordenado desde el primer día, tiene esa absurda regla de «Aquí ni mirarás nada, cómo tampoco tocarás». Louis le hizo caso sin dudarlo, pensando que había hecho mal para que su padre lo odiara de esa forma.

—Como siempre, tu vas a ir a tu cuarto y de ahí no vas a salir — sintió la mirada de pena de Charlotte sobre su rostro pero no alzo la mirada, solo asintió y camino hasta su pequeño cuarto que más bien era un alcoba súper pequeño

Su mirada cayo en su pequeño catre en medio del pequeño lugar mientras miraba el lugar. Habían unas pequeñas telarañas, polvo y algunas viejas decoraciones de la casa que estaban llenas de polvo. Se acostó en el catre mientras se permitía soltar las lágrimas.

—¿Por qué, por que papa? — murmuró para si mismo pero se calló cuando oyó la puerta abrirse — ¿Quien? — miro el cuerpo de la pequeña Charlotte que le sonreía, apenas tenía 13 años. Su padre la tuvo con una chica engañando a su madre — no deberías estar aquí, vete me harán algo feo si estás aquí

Through The Darkness » Larry Stylinson » NiamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora