Entré Sábanas Blancas

Si La Vida Te Da Limones, Haz Limonada.

-Dicen.- Comenté mirándote de reojo mientras caminábamos.- Que el sexo entre amigos fortalece la amistad.

Soltaste una ligera carcajada y me miraste a través de tus lentes obscuros, a pesar de ello sabía la expresión que debían tener tus ojos.

-Oh ¿En serio?- Me sonreiste mostrando ligeramente tus dientes.- Tal vez tu y yo deberíamos intentarlo algún día.

Te mire directo y sonreí.

-¿Qué acaso realmente te atraigo?- Muy en mi interior esperaba un sonrojo, un suspiro, una mirada, una muestra de que realmente entendías a lo que quería llegar.

-Me van más los mayores.- Me respondiste dándome un codazo juguetón en las costillas. Oh, claro que sabía lo bien que te iban los mayores, más aquellos que te llevaban más de quince años.

-Pensé que ya no veías a Bruce.

-Pensé que ya no lo vería, ¿Qué te puedo decir? Es el tipo de hombre que me gusta.- Subiste el primer escalón de la entrada del colegio mientras Roy Harper te miraba desde el marco de la entrada.

Así eras tú, llamativo por naturaleza.

-¿También Roy es el tipo de hombre que te gusta?- Te pregunté haciendo una señal con mi cabeza hacia su dirección.

Saltaste el siguiente escalón y miraste a Roy con una sonrisa.

-Si la vida te da hombres- Suspiraste sin terminar la frase y corriste al lado de Roy.