Esa noche te quedaste a dormir en mi casa, no es como si lo hubiéramos acordado.
Simplemente tu nunca querías volver a tu hogar.
-¿Tus padres saben que te vas a quedar hoy?- Pregunte mientras ponía unas cuantas almohadas más en mi cama. Eso era lo que más me gustaba de aquellas ocasiones, el poder dormir en la misma cama contigo, inclusive, algunas veces me imaginaba que eramos como una pareja de casados, claro que nunca lo diría frente a ti.
-Se darán cuenta cuando no llegue.- Respondiste mientras te ponías mi playera azul para dormir. Era la que solías usar siempre que venias, después de todo el azul era tu color favorito.
-¿Quieres ver una película antes de dormir?
-Claro porque no, pero si te atreves a poner una de tus películas favoritas de mierda te juro que te castro.
Solté una carcajada y te mire, tu me estabas sonriendo.
-Nada de películas de mierda.
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Cuando terminamos de ver la película, casi sin pensarlo pase mi brazo por detrás de tus hombros, fácilmente podría acostumbrarme a eso, tu y yo en mi cama cubiertos por una sabana viendo una buena película, si, definitivamente no me molestaría repetirlo seguido.
Apoyaste tu cabeza en mi pecho y mi corazón se acelero mas de la cuenta.
-No busques más a Bruce.- Solté de la nada, no sabia porque, simplemente escapo de mis labios. Me miraste con la duda surcando tus ojos.- Solo te haces daño a ti mismo, sabes que solo juega contigo...
-Tu no lo conoces.- Me dijiste frunciendo el ceño.
-¿Y tu si? ¿Que puedes saber de un hombre que apenas ves unos días a al mes?- Jamas pude entender cuando él se volvió tan importante para ti.
-Más de lo que crees, mucho más, eso no es solo sexo Wally.
-Yo podría hacerte más feliz ¿Nunca lo has pensado?
Silencio.
Silencio sepulcral.
-Digo, solo es un ejemplo...No es como si yo quisiera...Sabes que no...
Todo paso en menos de un minuto, tú tomando mi rostro entre tus manos, acariciando mis mejillas mientras nuestros labios se unían.
Fue como fuegos artificiales, de un color azul.
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Entré Sábanas Blancas
RandomMe dedicaste tu mejor sonrisa entre lágrimas de dolor y placer. ¿Intentabas consolarme a mi o a ti mismo? -Lo siento.- Me susurraste acariciando uno de mis mechones.- Lo siento tanto Wally. Te devolví la sonrisa y mis ojos se llenaron de gotas cr...