-¿No es sorprendente que aquí en Verano haga tanta calor y en Invierno nos congelemos de frío? - apuntó Ther fascinada-.
-Es una cosa llamada "clima" -le dije como si fuera tonta -.
Ther se paró un momento y entrecerró sus ojos un poco como si intentara ver mejor de esta manera.
-¿Qué pasa Ther? -le dije desconcertado-.
-Oh. Me pareció ver a un amigo al que hace mucho que no veía. Pero no estoy segura de si es él.
-¿Por qué no nos acercamos y vemos si es él? -le propuse mientras daba un paso por delante de ella-.
-Ya.. ¿Y si no es él? -preguntó apurada, como si intentara ocultar algo-. Ya sabes como soy con estos temas. La vergüenza me puede.
-Venga Ther, si no es él pues no pasa nada. Se pide perdón por el error y ya está.
-No, mira. Ya sé -decía como si no supiese a ciencia cierta su plan-, vamos a pasar de largo, le voy a mirar lo más descaradamente posible pero al mismo tiempo haciéndome la discreta. Si me ve y me saluda es la persona en la que estaba pensando, sino no pasará nada. Soy una genio -se apremiaba ella sola-.
-Bueno, si tu lo crees así , así lo haremos -dije mientras me reía a medias-.
Antes de reemprender la caminata, se volvió a parar en seco. Se la veía angustiada y parecía casi en un apuro y cuando iba a decirme algo, asomó la cabeza por encima de mi y soltó un leve alarido.
-Oh, ¡mierda! -gimió casi de terror, cogiéndome del brazo e intentando esconderse tras mi hombro-.
-¿Qué pasa ahora Ther? -le pregunté muy sorprendido mientras arrastraba de mi hombro apra seguir caminando-.
-Resulta que el chaval es un chaval del que nunca te he hablado porque me daba.. vergüenza -decía mientras seguía tirando de mi hombro-.
-¿Qué chaval? -le pregunté resaltando la palabra "chaval" entrecerrando los ojos y parándome-.
-¡Pero no te pares! -dijo angustiada-.
-No hasta que me digas quien es -dije frunciendo el ceño. Bien sabía ella que me molestaba que me ocultasen cosas cuando yo no tengo reparo en contarle mis cosas. Aunque bien es verdad que suelo contarle mis cosas antes a Cristina que a ella pero tanto que Cristina andaba en el extranjero y que nunca solía pasarme nada fuera de lugar pues no había mucho que contar. Al principio rehusó a decir algo pero como seguía enfadado pareció resignarse a explicármelo-.
-Vale, te lo diré. ¡Pero llévame lejos por favor! -suplicaba, casi siendo capaz de hacerlo de rodillas si no fuera por la multitud de personas que nos acechaban.
Giré mi cabeza hacia el chaval, que al parecer nos miraba intentando descubrir nuestras identidades. Comenzó a acercarse hacia nosotros y alerté a Ther.
-Tarde. Viene hacia aquí.
-¡¿Qué?! -exclamó aterrada-.
El chaval, de marcados abdominales estaba ya a 5 metros, la distancia justa como para examinarle. En el tiempo en el que se acercó, Ther recuperó la compostura. Segundos antes de llegar él, Ther me dijo que si adoptaba una actitud diferente que no le hiciese caso, ya iba siendo hora de contarle una cosa.
-¡Hey Esther! -saludó el chico, de pelo negro, marcado torso y piel morena, levantando la mano-.
-Hola Carlos -dijo Ther intentando parecer contenta encontrándose con él-.
De cerca se veían mejor sus rasgos. Parecía el arquetipo de un chico malo. Tenía el pelo negro como el carbón y estaba bastante moreno. Seguramente habría estado yendo mucho a la playa. De cerca se le marcaban con mayor nitidez los abdominales y los músculos. Por un momento tuve que desviar la mirada y pensar en otra cosa si no quería pasar un mal momento.

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¿Qué dirán?
JugendliteraturEn la vida nos enfrentamos a numerosos hechos. Algunos buenos y algunos malos, pero siempre encontramos la manera de solucionar el problema. He aquí como los diferentes componentes de un grupo de amigos se enfrentan a sus temores e intentan alcanzar...