Eran las 12:15, habían pasado ya 15 minutos desde la hora que acordamos Ther y yo. Estaba sentado en un borde de la fuente que se encontraba enfrente del centro comercial. La plaza estaba muy transcurrida y no sabía que hacer ya para distraerme. Al principio pensé que sólo era un contratiempo porque ella no suele retrasarse tanto. Miré a mi alrededor mientras cogía el teléfono y, cuando me disponía a llamarla, la divisé con la vista a lo lejos cruzando por el paso de peatones.
Antes de que dijese nada le reproché su tardanza, ignorando la cara de cansada que traía.
-¿Por qué has tardado tanto? Llevo esperando un montón -dije algo molesto y suspiré con pesadez al terminar la frase-.
Me levantó la mano derecha como señal de espera y se agachó un poco, colocando ambas manos en sus respectivas rodillas. Respiró varias veces bastante rápido y luego se irguió. Su cara mostraba pura fatiga.
-¿Estás bien? -le pregunté algo preocupado al ver como actuaba-.
-Sí, sí. Es sólo que me he entretenido con una cosa y cuando me he dado cuenta ya eran las 12, así que he tenido que venir a toda hostia hasta aquí. Ya sabes que no me gusta mucho coger bus cuando puedo llegar andando.
-¿Y con qué te has entretenido?
-¿Cómo?
-Acabas de decir que te has entretenido con algo, ¿qué era?
-Ah.. ¡Sí! Sí, sí, sí -paró un momento como si estuviera pensando con qué se había entretenido o cómo iba a decirlo-. Me había encontrado con Víctor. Aunque más que encontrármelo parecía que estaba planeado -dijo dudando-.
-¿Planeado? -pregunté intrigado-.
-Pues porque al salir de mi casa y al haber andado cuatro pasos me giré porque me llamaban y vi que era Víctor. Parecía que estaba esperando a que saliera de mi casa. No sé.
-¿Y qué te dijo?
-Pues.. Una movida que había tenido con sus amigos. También me pidió consejo pero yo no sé como son sus amigos así que no supe decirle nada con claridad. Le dije que podía hablarte, al fin y al cabo sois tíos y os entendéis entre vosotros. Así que si te habla que no te sorprenda. Y bueno -dijo para proseguir con lo que estaba diciendo-, cuando me di cuenta de la hora vine hasta aquí lo más rápido posible. Casi vomito el desayuno.
-Lo podrías haber consultado conmigo antes pero bueno, ya no hay vuelta atrás. Y no me malinterpretes, no es que me hubiera negado pero prefiero que me adviertan de algo a que me lo digan por sorpresa.
-Eso espero -dijo como si lo de Víctor se tratase de una tarea y ella fuese una profesora que esperaba lo mejor de un alumno-. Y bueno -dijo cambiando de tema-, ¿entramos de una vez en el centro comercial?
-Cierto, no sé a qué estaba esperando.
Aunque el interior estaba abarrotado de personas se podía andar con tranquilidad por allí. Nos paramos en varias tiendas. Unas veces por mí porque veía camisetas que me gustaban y otras porque Ther llevaba tiempo buscando un mono de color negro y quería ver si lo tenían en alguna tienda. Entramos en una y tenían uno que le gustaba mucho pero no estaba de su talla. Eso pareció decepcionarla un poco pero la dependienta le dijo que se lo podía pedir para que lo trajesen y en una semana lo tendría. Ther, evasivamente, le dijo que hablaría con su madre y si ésta se lo confirmaba pues vendría para pedirlo en vez de tener que decirle a la dependienta que miraría en otras tiendas. Miramos en más tiendas pero entre que algunas estaban cerradas y otras no tenían ese estilo de vestimenta no pudimos encontrar nada más.
-Ir de tiendas a veces es sofocante -se rindió sobre un banco como si alzara la bandera blanca en mitad de una guerra-.
-¿Lo dices porque hay muchas tiendas? -decía mientras me sentaba a su lado-.

ESTÁS LEYENDO
¿Qué dirán?
Roman pour AdolescentsEn la vida nos enfrentamos a numerosos hechos. Algunos buenos y algunos malos, pero siempre encontramos la manera de solucionar el problema. He aquí como los diferentes componentes de un grupo de amigos se enfrentan a sus temores e intentan alcanzar...