Nuestro escondite

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Marzo de 1942, Alemania nazi,

campamento militar de Núremberg.


- ¿La mujer que se pone nerviosa ante la sola mención de una falta menor quiere hacer cosas prohibidas? Me cuesta creerlo... - comenté mientras cerraba mis dedos con suavidad en torno a su mano.

- Querido - respondió frunciendo los labios -, me temo que no conoce usted el funcionamiento femenino en absoluto... - Aprovechó la pausa para negar levemente con la cabeza antes de continuar -. En nuestros días, tenemos que hacer uso de una falsa inocencia para no ser calificadas con malos nombres, lo cual no significa que no queramos hacer cosas prohibidas por mucho que nos asusten estas - se encogió de hombros -. Y yo soy de la opinión de que hay que vivir la vida incluso cuando es aterradora. ¿Cree si no que tendría este trabajo en lugar de poner vacunas a niños en un hospital?

Notaba cómo a pesar de mi cautela, con cada palabra o gesto suyo aumentaba la extraña influencia que ejercía sobre mí esa misteriosa mujer, y no podía evitar desear conocer más acerca de ella. Como cuando encuentras una novela realmente buena y te absorbe tanto que no puedes dejar de pasar las páginas hasta que llegas al final; de las que te hacen pasar noches en vela para descubrir qué ocurre después. 

- ¿Ah, sí? ¿Entonces toda esa inocencia y esas sonrisas que dedica a todo el mundo son una fachada? ¿Cómo es la verdadera Nicole? - bajé la voz considerablemente al acercarnos a la salida de la enfermería para que nadie nos oyera y pude percibir cómo ella reía por lo bajo.

- Lo cierto es que hay cierta fachada en mi comportamiento en general... Y la "verdadera" Nicole es algo que ningún hombre se ha merecido conocer aún... - llegamos a la caseta que tenía asignada y me vi obligado a pausar la conversación por muy interesante que me pareciera para no arriesgarme a que nos sorprendieran. 

- Espere aquí - susurré dejándola en una zona escondida por las sombras de la caseta y me interné en busca de mi amada botella de whisky y dos vasos. Sin conseguir quitarme sus palabras de la cabeza, recogí mi preciado botín y salí sigiloso a su encuentro. Cuando llegué a su altura, le ofrecí mi brazo -. Bien, señorita misteriosa. Veamos si me gano el honor de conocer a la verdadera Nicole. 

- Bueno, inténtelo - respondió tomando mi brazo, y mis pies nos guiaron solos por el camino que tan bien conocían -. Tal vez lo consiga y todo. 

Creí percibir cierta burla en su tono, pero no supe qué contestar. Tras un último giro, un pequeño claro se extendió ante nosotros. Continué hasta una gran roca situada en el centro del mismo y contemplé brevemente los árboles que parecían formar una muralla protectora a nuestro alrededor. Ladeé una sonrisa y dejé escapar un suave suspiro de alivio, como cada vez que visitaba mi "escondite". 

- A veces vengo aquí cuando necesito estar solo - le tendí un vaso antes de sentarme en la roca, notando cómo mi ánimo mejoraba considerablemente, y la invité a acompañarme con un gesto.

- Oh, vaya... ¿Está usted confiándome su preciado secreto? - Tomó asiento junto a mí y alzó la vista al cielo, contemplándolo en silencio durante unos segundos. Seguí su mirada para descubrir la increíble cantidad de estrellas que se podía apreciar en una noche tan despejada como aquella -. Es un honor para mí - musitó al fin, sacándome de mi ensimismamiento.

- Es lo mínimo que puedo hacer para compensarle por sus servicios... teníamos un trato, ¿no? - respondí al recordar la ayuda que me había prestado. Dejé mi vaso en el suelo mientras abría la botella y llené el de mi acompañante antes de recoger el mío y hacer lo propio -. ¿Le gusta el whisky? - volví mi atención hacia la mujer al dirigirme a ella.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2017 ⏰

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