Prólogo

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Un color carmesí era lo que más se distinguía en aquella pequeña habitación, tiñendo las paredes y el suelo donde un peli-azul  se encontraba observando con detenimiento un cuerpo a su lado, era el de su padre, para ser más específicos. Él mismo lo había matado.

Mientras seguía observando el cuerpo ya sin vida, un líquido salado empezó a bajar por sus mejillas, mojándolas, estaba llorando. Pero no, aquellas lágrimas no eran de arrepentimiento, se sentía extrañamente complacido ante el crimen que acababa de cometer, y eso hizo que mirara sus manos manchadas con la sangre de su progenitor y sonriera con satisfacción al ver lo que había logrado.

Todas las noches, su padre volvía borracho y el corría a esconderse en donde sea, sabiendo, lo que ocurriría. Pero nunca podía evitarlo, de una u otra forma su padre lo encontraba y se divertía torturando a su propio hijo golpeándolo con su cinturón o a veces con sus mismos puños. Y cuando el mayor se aburría y se iba, él quedaba allí tirado, levantándose a tropezones a causa de los golpes y dirigiéndose a su cuarto a tratarse las heridas. Quería creer, quería convencerse de que su padre lo trataba así solo por culpa de las cantidades de alcohol que ingería, pero sabía que no era así. De día, cuando ya no quedaba ni un rastro de alcohol, ya no eran golpes pero si burlas y agresiones verbales. Lo trataba como si fuese un esclavo, como si fuera nadie importante, a pesar de ser su propio hijo. Nadie lo defendía, pues la única persona que lo hacía era su madre, pero ella murió cuando él era muy pequeño.

Todas aquellas atrocidades que su padre le había hecho lo habían llevado a donde ahora se encontraba, a asesinarlo.

Se levantó, sacudió sus ropas y lavó sus manos con un poco de agua para quitarse la sangre, aunque no le importo que la ropa que llevaba esté manchada del mismo líquido por lo que solo se cubrió con una sudadera azul oscuro. Rebusco en la casa y se llevó todo el dinero y cosas de valor que encontrase y abrió la puerta.

—Nos vemos, padre. —habló al cuerpo con esa mueca de satisfacción aun en su rostro.

Y sin más, salió de esa casa, ya que los vecinos podrían haber escuchado las suplicas de su padre y llamar a la policía y así fue, porque a lo lejos oía las sirenas policiales. Siguió sonriendo, se colocó su capucha y huyó

Ahora era un fugitivo buscado por la policía.






—Esse.

  [Vamos a ver a donde llega esta historia, quise cambiarle la trama de que sean los típicos chicos que se enamoran en la escuela y como mis gustos son algo fuertes me salió esto. Espero y sea del agrado de alguien.]

«Partners In Crime» |BonxBonnie| #FNAFHSWhere stories live. Discover now