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Al momento en el que el moreno abrió sus ojos se dio cuenta que no se estaba en su "casa", —si es que le podía llamar así— estaba algo aturdido, pero igual podía notarlo. Su vista se posó al frente, donde se podía observar algunos algodones, pequeños potecitos, que desconocía su contenido, y algunas vendas manchadas con un líquido que reconoció al instante, sangre.

Se sentó, ya que se encontraba recostado en una cama, y al hacerlo gruño por lo bajo y se tocó el costado del abdomen, pues le había dolido. Se percató de que no tenía su remera puesta y estaba vendado justo en el lugar donde anterior mente le había dolido, y lo seguía haciendo.

No sabía dónde se encontraba, la verdad, lo último que recordaba era que había estado robando por el centro de la ciudad y que a Bonnie estaban a punto de dispararle, entonces él se abalanzó antes de que la cosa empeorara... ¡Bonnie! Oh no, se había olvidado. ¿Le habrá pasado algo? ¡Tenía que encontrarlo! Pero... ¿Por qué se preocupa por aquel chico? ¡A quién le interesaba eso ahora! Solo necesitaba saber si estaba bien, y si algún oficial le había hecho algo, se encargaría él mismo de ir a la jefatura de policía y matarlos a todos uno por uno, no sabía el por qué, pero lo haría.

Como si fuera que le había leído los pensamientos, el de los ojos rojos —color que tanto llamaba la atención del mayor— apareció cruzando la puerta, entrando a la habitación donde se encontraba.

—Veo que despertaste, me alegra saberlo. —suspiro aliviado.

—¿Estás bien, niño? —preguntó el oji-verde algo divertido porque sabía que no le gusta que lo llamen así, pero igual seguía preocupado por él.

—¿Yo? ¡Por supuesto, si tú eres el que recibió la bala por mí! ¿Estás bien? —ignoro aquél apodo, y se acercó al peli-azul.

—Tranquilo, es solo una bala. —habló con simpleza como si de cualquier cosa se tratase, pero igual no pudo evitar soltar un quejido nuevamente por un poco de dolor.

—Ese sonido no me lo confirma, quédate quieto un segundo. —seguido de aquello se acercó, más de lo que ya estaba, y comenzó a quitarle la venda.

—¿¡Qué haces!? —preguntó extrañado.

—Quite la bala de tu abdomen pero la herida sigue abierta, así que hay que cambiar las vendas para que no se infecte. —habló el menor, ya quitando la venda por completo.

Se acercó a la mesa donde tenía las cosas para curarlo, y tomo un algodón que humedeció con un poco de alcohol, y lo pasó por la herida del otro, al cual le ardía pero no dijo nada. El peli-morado le coloco una nueva venda, pasando sus manos por todo el torso del contrario.

Cuando terminó de curar al de cabello azulado, este sintió su corazón acelerarse, aquel chico lo había curado, cuando siempre había tenido que hacerlo el mismo ya que no tenía a nadie y él causante de aquellas era su propio padre, ahora estaba seguro de todo, tomo el mentón del más bajo obligándolo a mirarlo. Sin previo aviso, roso sus labios con los el contrario para luego besarle. Aquel beso los había unido, había aclarado todas las dudas que ambos tenían anteriormente. No dijeron ni una palabra, no era necesario, sabía que eran el uno para el otro, que ambos habían sobrevivido terribles cosas en sus vidas, que ambos estaban rotos por dentro, pero ahora que se encontraron, estaban juntos, se protegerían mutuamente y nada los separaría...











Esse.

[Bueno, pequeñas personas pervertidas que ven esto, lamento informarles esto, pero no habrá lemmon. Solo les quería decir finalmente que comenten si les gusto :v y regálenme una estrellita. :3]

«Partners In Crime» |BonxBonnie| #FNAFHSWhere stories live. Discover now