F o u r

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—Por favor, se comunica que todos los dueños de tiendas que tengan la mejor seguridad posible en sus locales, es especial si lo que comercializan es de mucho valor. —anunció la reportera que se encontraba al aire en estos momentos. —Los robos han aumentado considerablemente en la ciudad y con ellos un gran número de asesinatos, los cuales ya no son solo guardias o policías, si no, cualquier clase de testigo que pueda apreciar estas atrocidades causadas. —explicó la rubia, cosa que puso los pelos de punta de todos los televidentes de aquella zona que era atacada, que se encontraban observando el canal de las noticias. —Se les pide a todas las personas que intenten salir lo menos posible, mucho más si es de noche, ya que generalmente a horas de la madrugada ocurren los ataques. Es por su seguridad ciudadanos, no se arriesguen a poder perder su propia vida por cosas materiales que no importan. —Aclaró— No sé a tenido ninguna pista de quienes podrían ser los culpables de esto, puesto que al parecer son muy ágiles y astutos a la hora de actuar—.

Una presión en su pecho, para ser más preciso donde está el corazón, crecía en el interior de ambos, sin que ninguno supiera realmente la razón por la qué esto ocurría. Aquello que les estaba pasando era bastante entraño para el dúo de criminales, pero lograba llenar de impotencia a los jóvenes. Impotencia que calmaban, o al menos eso intentaban, con riquezas— obviamente, todas robadas—. Y la sensación de aquel liquido espeso de color carmesí recorriendo sus manos, que nunca estarían limpias del todo por lo que siempre causaban. Tal vez ese era el motivo por lo que el caos en la ciudad había aumentado.

Ni siquiera ellos mismos estaban conscientes de lo estaban haciendo, solo lo hacían. Era divertido después de todo ¿no? Ver a todos los oficiales de seguridad tratando de mantener la paz, pero no podían ni mantenerse ellos mismos de pie delante del peli-azul y el peli-morado, suplicando por sus vidas pero, lamentablemente a quienes tenían en frente no eran para nada piadosos. No entendían por qué sus víctimas siempre les pedían clemencia, piedad, pero cuando ellos lo hacían nadie era así con ellos. Los habían lastimado incontables veces a ambos en su pasado, pero ahora, oh, ahora ellos se dedicaban a hacerles sentir a todos lo que ellos tuvieron que sufrir.

Era tan patético observar a los miles de ciudadanos aterrorizados por todos los sucesos que últimamente ocurrían en el lugar, como si se tratase de algún ataque de alguna mafia o algo relacionado con unos terroristas que merodeaban por la ciudad sin siquiera saber que solo se trataba de nada más y nada menos que de dos simples adolescentes que se divertían, —a su manera, claro está.— uno con 16 años y otro apenas 15. Pero después de todo, estaban en su derecho de temer tanto, es cierto que solo eran adolescentes, pero dedicarte toda tu vida a una misma coa, te hace ser un profesional en aquello, ¿no? ellos se habían dedicado a robar y asesinar, convirtiéndose en todos unos expertos ¿no es así?

Unos maestros totalmente a la hora de un crimen cometer.

¿Pero el amor podía ser considerado un crimen?







Esse.

[Bueno, aquí os dejo este nuevo capitulo. Comenten si les gusto :v y regálenme una estrellita. :3 Y por si no lo sabían: Impotencia: Falta de fuerza, poder o competencia para realizar una cosa, hacer que suceda o ponerle resistencia. Y la impotencia que ellos sienten, es no tener la comprensión para saber que se trata de un sentimiento. ¡Adiós!]

«Partners In Crime» |BonxBonnie| #FNAFHSWhere stories live. Discover now