S E V E N T E E N

52 5 2
                                        

-¿Ginger?-Te llame.

Expulsaste el humo de tu boca y me miraste.

-¿Qué pasa?-Respondiste y volviste a fumar tu cigarrillo.

Me levante de mi cama, me arme de valor y hable:

-¿Te puedo preguntar algo?

-¡Suéltalo!-Te levantaste de un salto.

-Max no me agrada-Entrelace mis manos y comencé a caminar de un lado a otro-Hay algo en el que no me cuadra. No es bueno para ti, Ginger.

-¿Me estás diciendo que ya no quieres que este con el?-Dijiste un poco confundida.

-No quiero que lo veas más-Te ordene- El es una mala influencia para ti.

No quería que él estuviera contigo y no era porque fuera una mala influencia. Ese chico era muy bueno, diablos, era demasiado bueno contigo. Yo había llegado primero a tu vida, Ginger y él me estaba quitando mi lugar. No podía permitirlo.

-¿Y quién lo es? ¿Tú?-Tu voz enojada me saco de mis pensamientos.

-Si-Respondí.
-Oh, claro. Un loco psicopatía que mató a mi padre.

Esas palabras me dolieron, lo había hecho por ti, Ginger.

-Lo hice por ti-Una lagrima comenzó a recorrer mi mejilla.

-¿Sabes? Ya estoy harta de esta mierda-Estabas enojada. Muy enojada-No soy de tu propiedad, Tyler. Puedo hacer y deshacer lo que a mí se me pegue la gana y no necesito tu permiso.

-Ginger-Sollocé-¿Qué te he hecho yo?

-Aparecerte en mi vida, eso es lo que hiciste.

-¡Siempre estoy aquí para ti, Ginger!-No podía contenerme más, deje salir todo- ¡He sido la única persona que ha estado contigo, en las buenas y en las malas! ¡Soporte todas las mierdas que hiciste! ¿Y ahora me dejas por un chico que acabas de conocer?

Te quedaste mirándome, tu cara no mostraba emoción alguna. Estabas igual de enojada que yo.

-¡He dejado todo por ti!-Ahora sentía una mezcla de emociones y no era enojo, era algo más fuerte-¡Deje mi cordura por ti! ¡No sabes todo lo que sufro cuando te veo llorar! ¡Cuando veo que le regalas esa sonrisa a ese chico!- Puse mis manos sobre mi cabeza y me jale el cabello. Quería hacerte daño, Ginger. Quería tomarte de el cabello y hacerte entender que yo te amaba. Que yo era la opción correcta, no el- ¡No sabes el daño que me haces!

-¡Pues no es mi culpa que estés obsesionado conmigo!

-¡Cállate!-Te grite y sin pensarlo te abofeteé.

Ginger Donde viven las historias. Descúbrelo ahora