Capítulo 1

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El amor está donde menos lo imaginas

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El amor está donde menos lo imaginas

Capítulo 1

La luna se reflejaba en el Lago Michigan, el auto compacto de Albert estaba estacionado frente a él, sonidos de pasión ahogados y el rechinido de la suspensión del carro rompían el silencio del paisaje. El cabello castaño rojizo de Elisa se enredaba en la manivela de la ventana mientras su novio hacía alarde de la pasión que despertaba en él.

-¿Porqué me tocó el primo pobre? Solo me compró un par de zapatos...Terry el heredero al ducado también es guapo pero más chico que yo, tendré que conformarme con él, aunque esto me gusta, es muy bueno y además es guapísimo, me gusta, me gusta mucho- pensaba mientras Albert la besaba y decía que la amaba una y otra vez a lo que ella respondía "me gustas mucho".

Tratando de recobrar el ritmo normal de la respiración se recargaron en el respaldo, el quiso abrazarla pero ella argumentando calor lo impidió, mientras se acomodaba la ropa.

El rostro de Albert todavía tenía rastros de sudor que lo hacía brillar con los rayitos de luz que entraban por la ventana, sus ojos también brillaban y sus fosas nasales se agrandaban para tomar aire y oxigenar sus pulmones, volteó para admirar el cuerpo que acababa de ser suyo, se alisó el cabello rubio y volvió a suspirar.

-¿A qué hora paso por ti mañana?- dijo al acariciarle la mejilla.

-¿Todavía estás con eso? Por favor maduren, campamentos de verano, por Dios, esos es de adolescentes, todavía lo creo de Terry y su hermana pero ¿tú? ¿No te aburre ir con ese montón de chiquillos? Podríamos pasar la semana de otra forma- dijo sugerente al acercarse y besar su oído.- ¿Obligaron también a Terry aunque acaban de llegar de Inglaterra, tiene como 5 años de no ir?

-Claro ya conoces a nuestras madres no existe la palabra no para ellas en cuanto al orfanatorio se refiere, y mucho más al campamento de verano, cuentan con nosotros y contigo,- dijo al tocarle la nariz con el índice- porque eres parte del patronato

-Ay si mi Tía Elroy, me metió en todo esto...

-Pues que bueno sino no nos hubiéramos conocido.-sonrió.

-Si tienes razón Osito Teddy- dijo al acariciarle la nuca- que suerte de mi hermano Niel que ya se fue al campus de Yale, para acomodarse en su departamento. Bueno, que más,-dijo con resignación- pues a las 6:30 de la mañana- dijo al revisarse la uñas, una buena cantidad de su mesada la invirtió en su manicure.

- Ah y gracias, Osito por los zapatos, están lindos, siento mucho lo de la navaja, pero te prometo juntar para regalarte una en navidad.

-Está bien, no te preocupes, te amo- dijo con una sonrisa a fuerzas, al bajarse y subirse al asiento del piloto.

El aire del campo estaba lleno de energía, para todos, menos para Terry, su larga figura bajó del autobús, su madre trataba a toda costa bajarles esas ínfulas que el duque les permitía en las dos semanas que sus hijos pasaban en Inglaterra con los abuelos Grandchester. Con aire de "no me merecen" tomó su bolsa de equipaje y se volvió a ver ese paisaje que muy a su pesar le gustaba, le traía buenos recuerdos de cuando era niño.

El Amor de Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora