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Me acerco al final...
Tus manos también tenían su límite, no siempre estarían cálidas.

En ésta noche, la luna y yo no sabemos si hablar de los dos, porque hasta ella empieza a dudar si conoces la palabra : "nosotros".

Se que no hay problemas, quizás nunca lo fueron. Y si tengo este miedo, es porque no estoy segura en que camino estoy: en tu presente, en tu memoria, en un día cotidiano, o en una hora de diversión.

Varias veces he dicho que quisiera que te pusieras en mi lugar, y sabes que... Empiezo a pensar que no importa nada de lo que digo, si siempre he tenido razón, ¿por que me sorprendo al seguir teniéndola? Debería acostumbrarme al verte llegar y si una vez mas, pero de visita.

No me gusta tener que pensar lo que tengo que decirte, pues aprendes a tu manera y yo sigo sin aprender que no soy tu maestra.

JUNTOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora