Capítulo cuatro.

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John.

John, ¿todavía no lo has hecho, que estás esperando? Mátalo, arrancale la cabeza a ese imbécil, hazlo sufrir, sé que te mueres por ver su sangre derramada, sus gritos agonizantes y desesperados. Sus lágrimas saliendo de sus ojos rojos y todos sus órganos afuera. Hazlo ya.

Me dice una voz en mi interior, ella es la me provoca a cometer mis actos, esas voces manipulan mi cerebro de una forma constante y es casi imposible callarlas si no hago lo que me dicen, una vez hecho por fin lo piden deciden callar y puedo descansar.  

Aunque admito que me encanta hacerlo, cuando empiezo no puedo parar. Y esas voces están alentándome todo el rato para que siga y siga.  

Ahora mismo voy corriendo a toda velocidad, queriendo atrapar al maldito gusano que se me ha escapado, va por un callejón muy oscuro y largo, el muy hijo de su madre me había traicionado y ahora me las pagará con su vida, una muy dolorosa, sangrienta y lenta muerte, como me gusta. Voy a golpearlo con mis puños hasta que se desangre por completo. Aún no entiendo como es que corre tan rápido, tiene una gran herida en la pierna izquierda que yo mismo le hice con una navaja, pero él se movía mucho y aunque me cueste aceptarlo tiene una gran habilidad para pelear, mientras yo deslizaba lentamente la navaja bien afilada sobre su delgada pierna, él con su rodilla de la pierna que no estaba lastimada me golpeo en mis partes que me hizo separarme de él, entonces tuvo la oportunidad de escapar corriendo mientras yo me quedé tirado en el suelo tocándome donde me golpeó, cuando me recuperé del golpe agarre un calibre veintitrés y salí corriendo a buscarlo, el maldito ya me había sacado mucha ventaja pero con la pierna lastimada y sangrándole a mares no va a ir muy lejos. Decido sacar el arma aunque no suelo utilizarlo casi nunca, digamos que me gusta matar a las personas de una forma mas dolorosa, torturarlas en cambio si lo mató con un arma se morirían casi al instante, una muerte rápida y sin mucho dolor y eso a mí no me va. Me gusta escuchar sus gritos agonizantes y pidiendo por favor que termine. Saco el arma que estaba en el bolsillo de mi pantalón y apunto sobre sobre su pierna izquierda, la que no tenía nada, estoy a unos cuantos metros de él aprieto el gatillo y la bala sale disparada a una gran velocidad y termina sobre su pierna justo donde yo quería. Este grita de dolor y cae al suelo, su pierna sangra a más no poder se toca la herida con su mano y se mancha con su sangre, a pesar de que el callejón este oscuro logro ver perfectamente su cara pidiendo por favor que no lo haga, que no lo maté, termino de correr hacía él hasta estar en frente, aún tirado el frío y sucio suelo levanta su mirada y con ojos llorosos, habla su boca para hablar.

-Por favor, no lo hagas, tengo familia, te prometo que te pagaré solo dame más tiempo - dice suplicante y para ser sincero no siento ni un poco de pena.

-Te dí el tiempo suficiente para que me dieras el dinero Carl - respondí con una voz gruesa.

-Dos semanas no son lo suficiente para lo que pediste John - dice y suela un gemido de dolor.
Le doy una mirada de horror, la que pongo siempre cuando estoy apunto de asesinar.

- Tu tiempo se ha acabo compañero - le digo y suelo una risa que hace que a las personas se le pongan los vellos de punta.

-Por favor, no - suplica éste, pero ya es demasiado tarde. Lo cargo con mis brazos y lo pongo encima de mis hombros para llevarlo a donde estábamos antes.

-No me mates te lo suplico, John, tu eras mi amigo - dice con un hilo de voz que en vez en compadecerme hace que mi ira y mis ganas de asesinarlo aumenten.

-Cierra tu maldita boca - le digo apretando mis dientes.

El sólo suelta un pequeño quejido y se calla, camino a pasos largos, mi hombro se empieza a acalambrar al gran peso que llevo pero lo ignoro debo terminar con esto hasta que por fin llego al lugar esperado, es una gran casa ahí es donde siempre llevó a mis víctimas para torturarlas, ya que esta pequeña parte de la ciudad habita muy poca o en realidad casi nada de personas, las calles son muy silenciosas y nunca me he encontrado con nadie, me gusta este lugar, esta casa lo que solía ser una hermosa mansión, está hecha trizas, se ve que años atras se ha incendiado, claro que gran parte ya no está si no que todo se encuentra completamente destruido, sigo sin poder como es que el techo todavía se mantiene intacto, como nunca se vino abajo ya que la mansión es muy antigua, demasiado debe tener por lo menos unos trescientos años me parece muy raro que luego de tantas tormentas, tornados, granizos e incluso fuego siga de pie. Entro por la puerta principal, esta abre haciendo un ruido no muy agradable para los oídos y la cierro pegando un fuerte portazo haciendo que las paredes y ventanas retumben y mucho polvo caiga en el piso, mi hombro ya no aguanta más y tiro a Carl al suelo con todo.

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⏰ Última actualización: Oct 06, 2016 ⏰

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