CAPÍTULO 2

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A la mañana me desperté y me preparé para ir a ver a Abigail. Desayuné rápidamente y bajé a la calle. Susan me esperaba en el portal al lado del coche de su padre. La saludé y entré en el coche.
-Buenos días señor Johnson-saludé educadamente al padre de Susan
-Buenos días, Leslie-me saludó el señor Johnson
Arrancó el coche y nos llevó hasta Brooklyn. Abigail vivía en una casa de dos pisos, que estaba pegada simultáneamente a otras casas iguales, formando un edificio muy largo de casas. Ella vivía en el número 22. Susan bajó del coche, seguida por mí y llamó a la puerta, esperando a que abrieran. Unos instantes después una mujer bajita con cabellos castaños y ojos color café les abrió la puerta. Era la madre de Abigail, la señora Mary Stewart.
-Buenas señora Stewart, venimos a ver a Abigail-saludó Susan
-Hola chicas, pasad, Abigail está en su habitación-contestó Mary
Susan y yo subimos al segundo piso y entramos en la habitación de Abigail. Ella estaba tumbada en la cama, inerte. Sus cabellos dorados estaban desaliñados y sus ojos estaban cerrados. Parecía un esqueleto, estaba muy delgada y estaba demasiado pálida. Susan se acercó a Abigail y le acarició la cabeza.
-¿Abigail?-preguntó Susan
Abigail se estremeció débilmente y abrió los ojos. Su mirada era fría y transmitía dolor e inseguridad. Sus ojos azules parecían apagados, como si no tuvieran vida.
-Abigail, hemos venido para ver como estás-le expliqué
-Leslie-susurró Abigail
-Sí, soy yo
Abigail me agarró súbitamente del brazo con fuerza. Retrocedí un paso.

La Descomposición De Los SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora