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(Capítulo Dedicado a éste pan de Dios! louse-san ♡ Gracias por todo ♡ ¡Disfrutalo! )

El viento cálido de verano movía lentamente las hojas de los árboles -que en su mayoría eran sauces- de ese gran lago.

Ese lago estaba cerca de la ciudad, prácticamente era un sitio libre, pero ese lugar... Sólo él lo conocía.

Los pájaros cantaban todavía y el sol se escondía poco a poco, dejándo un cielo de tonos rosados y anaranjados.

Ahí, en un árbol estaba recostado el castaño, mirando todo el lago a su alrededor.

La cálida brisa golpeaba sus mejillas al momento de pacificarlo por completo.

Sentía la libertad total en cuanto al haber resuelto sus problemas.
Sus manos tocaban ligeramente el césped del lugar, y de igual manera, sus piernas reposaban en éste.

Respiraba tranquilamente y cerró lentamente los ojos.

Ese día había sido demasiado intenso.

Ahora era él y la brisa veraniega.

Amaba que tan pacífico era ese lugar, la serenidad que le proporcionaba era increíble, en especial ese rincón escondido que amaba visitar desde que iba en décimo grado.

Sintió algo caer sobre su cabeza, a lo que se quitó el peso de ella y vió su gorra favorita en sus manos.

Sonrió y luego levantó la vista y vió quien estaba justo a su lado, viendo también a los alrededores. Sabía que eventualmente él iría a su encuentro, porque ambos conocían ese lugar al revés y al derecho.

-¿Qué estás haciendo aquí?... -Preguntó el castaño.

-Llegué tarde a la boda del año, y supuse que estarías aquí. -Murmuró el rubio. -Éste lugar no ha cambiado nada... ¿Recuerdas cuando nos escapabamos luego de clases para venir aquí?

-Lo recuerdo. -Suspiró. -¿No te enteraste de lo que pasó?

-Creo que si con eso te refieres a que alguien la canceló, sí.

El Pines sonrió y tomó la mano del mayor, dejando un objeto en ésta.

El rubio abrió su mano encontrándose con el anillo que Dipper usaría ese día.

-Sé que fuiste tú.

-Con un poco de ayuda...

-¿Mabel también te ayudó a decir que no?

-Si me ayudó, pero no me refiero a ella. -Le colocó su gorra al mayor.

Bill seguía mirando el anillo cuando se dejó caer al césped, acompañando al menor.

-¿Qué quieres decir?

-Que creo que ya sabes quién me ayudó a tomar esa decisión.

El rubio le miró, al mismo tiempo que el castaño le sonreía. Luego confundido, se señaló a si mismo con el ceño fruncido.

-Sí... -Dijo mientras desviaba la mirada hacia el atardecer que se ponía detrás de otros sauces .

-¿Yo? ¿Pero qué hice?

El castaño negó sonriendo.

-Me hiciste entenderlo todo... Me sacaste del pozo en el que estaba. Me ayudaste a decir que no...

El rubio miró el anillo nuevamente, pensando en todas las veces que le había intentado convencer.

-Sólo espero que me ayudes en algo más. Dijo el castaño.

Unrequited •BillDip• [1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora